HISTORIA DEL MONUMENTO A LOS CAÍDOS
El Monumento a los Caídos por España, llamado antes de 1985 Obelisco o Monumento a los Héroes del Dos de Mayo, está situado en la Plaza de la Lealtad, junto al Paseo del Prado, en el mismo sitio donde el 2 de mayo de 1808, las tropas francesas al mando del general Murat fusilaron a numerosos madrileños después del Levantamiento. Fue construido en tiempos de Isabel II.
Acabada la Guerra de la Independencia, las Cortes de 1814 quisieron rendir un homenaje a todas aquellas víctimas, construyendo un monumento en su memoria. Sin embargo, con la vuelta de Fernando VII esta iniciativa quedó paralizada, y no fue hasta el 21 de abril de 1821, durante el Trienio liberal, tras varios intentos de crear un monumento en homenaje a todos los luchadores anónimos muertos en aquellos dos días, cuando se coloca la primera piedra del mismo. Las obras fueron realizadas por el arquitecto Isidro González Velázquez, ganador del primer premio de un concurso de proyectos que se había convocado para tal efecto en 1820 y resuelto al año siguiente para su materialización. De nuevo, con la restauración del absolutismo la construcción volvió a quedar paralizada hasta que en 1836 el Ayuntamiento decidió continuar la obra, quedando terminada el Dos de Mayo de 1840. Celebrándose finalmente la inauguración el 2 de mayo de 1840, coincidiendo con la efeméride del acontecimiento. El 22 de noviembre de 1985, el rey Juan Carlos I reinauguró de nuevo el monumento, pasando a dedicarse a todos los caídos por España, en cuya memoria se colocó una llama que arde permanentemente. Se homologaba así a los numerosos memoriales levantados en todo el mundo con carácter de símbolo nacional y que toman frecuentemente el nombre de Tumba del soldado desconocido.
El monumento esta compuesto por cuatro cuerpos. En la parte del zócalo se eleva un sarcófago con un medallón en bajo relieve que representa los bustos de los capitanes Luís Daoiz y Pedro Velarde, artífices de la sublevación contra los franceses en el cuartel de artillería de Monteleón situado entorno a la actual plaza del Dos de Mayo. También hay una urna que contiene las cenizas de los madrileños fusilados el 3 de Mayo. La llama siempre encendida por el aceite o el gas fabricado para tal efecto lo corona. Sobre este zócalo se colocó un obelisco de piedra de 46 metros de altura. En los cuatro frentes se colocaron estatuas que fueron realizadas en piedra de Colmenar con arreglo a los modelos que en 1823 hizo el escultor Esteban de Ágreda, y que representan a la Constancia -realizada por Francisco Elías-, el Valor –de José Tomás-, la Virtud –de Sabino Medina- y el Patriotismo –de Francisco Pérez-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario