viernes, 25 de marzo de 2016

Descanso temporal

Buenos días a tod@s y feliz Semana Santa.

Se que hace unos meses que no publico nada ni en el blog, ni en ninguna de mis páginas pero hoy, dado que creo que se lo debo a todos mis seguidores, vengo a contaros el motivo de esta desaparición repentina de las redes sociales y todo lo relacionado con la literatura.

Todo a ello se debe a que, en estos momentos, me encuentro "escribiendo el libro más importante de mi vida": en unos meses, en concreto para finales de septiembre o principios de octubre, seré madre, sí, estoy embarazada y por lo tanto he tenido que tomarme un descanso temporal para centrarme en lo que, para mí, es lo más importante ahora, cuidarme y disfrutar de esta nueva etapa que estoy viviendo.

Así, durante un tiempo indefinido, voy a tomarme un descanso temporal. Esto no es una despedida definitiva, pues podréis contactar conmigo por aquí o por las redes sociales a través de vuestros comentarios, mi presencia no será diaria pero, de vez en cuando me pasaré por las distintas páginas que poseo o por las redes para seguir comentando y hablando con vosotros, aunque no sea de manera tan asidua como antes. Ahora habrá un/a pequeñin/a que requiera de todo mi tiempo y me tendrá apartada de todo este mundo durante una temporada pero, prometo volver con la segunda parte de uno de mis libros y con nuevas y futuras historias.

Sin más, no quiero irme, sin daros a tod@s las gracias por vuestro apoyo incondicional y por seguir ahí.

Espero leeros pronto de nuevo.

Besos y abrazos.
Raquel Sánchez.

jueves, 27 de febrero de 2014

La casa de la carnicería

En esta casa de la Plaza Mayor, construida enfrente de la Casa de la Panadería, se encontraba el depósito general de carnes que abastecía los mercados y las tiendas de la ciudad. Con anterioridad habían existido en Madrid una carnicería para «hijosdalgo» en la plaza del Salvador, con el privilegio de no tributar por su consumo, y otra carnicería para el resto de los madrileños que no tenían condición nobiliaria, y por lo tanto contribuían fiscalmente a la recaudación de las sisas municipales.


Se desconoce la fecha exacta de la construcción de este edificio, pero se cree que fue reconstruida después del incendio que se produjo en la plaza en 1631, resultando un edificio de características similares a la Casa de la Panadería, con amplios soportales, porticado y con dos torres angulares que remataban los cuerpos laterales. A finales del siglo XIX acogió las dependencias de la Tenencia de Alcaldía y de la Casa de Socorro del distrito de la Audiencia, y con la reorganización municipal de principios del siglo XX se transformó en la Tercera Casa Consistorial y sede de algunas oficinas de varios negociados y secciones del ayuntamiento. En la actualidad es la sede de la Junta Municipal del Distrito de Centro.

lunes, 3 de febrero de 2014

La Casa de la Panadería

Durante el siglo XV, donde confluían los antiguos caminos que se dirigían a Toledo y Atocha se fue creando un gran espacio periurbano entre los arrabales de San Martín y de Santa Cruz que se iban extendiendo extramuros de la ciudad. Este espacio, conocido originariamente como la plaza del Arrabal, fue utilizado frecuentemente como lugar donde se celebraba el mercado principal de la villa, localizándose aquí una primera casa porticada que tenía la función de regular el comercio de la plaza. Esta primitiva lonja de comercio es el antecedente de la Casa de la Panadería que construyera en 1590 Diego Sillero, siguiendo las directrices del arquitecto Francisco de Mora, una vez que se produjo una primera ordenación urbana de la plaza con los conocidas derribos de «las casas de la manzana» en 1580.


En cuanto al edificio, era una composición simétrica de cuatro alturas y planta baja porticada, rematado el último piso en forma de ático y los laterales coronados por torres angulares. El incendio de agosto de 1672, el segundo que se producía en la plaza, destruyó por completo la Casa de la Panadería, por lo que se encargó al arquitecto Tomás Román la realización del proyecto de reconstrucción y a los pintores Claudio Coello y José Jiménez Donoso la decoración interior y los frescos de la fachada. Otro incendio ocurrido en el verano de 1790 arrasó tres cuartas partes de la plaza, aunque se pudo salvar la Casa de la Panadería, siendo su altura y sus trazas arquitectónicas las que vendrían a ordenar el resto del caserío de la plaza en las obras de reconstrucción que al año siguiente emprendió Juan de Villanueva.


Por encargo de Felipe III el arquitecto Juan Gómez de Mora realizó, entre 1617 y 1619, una transformación profunda de la vieja plaza del Arrabal, resultando una plaza rectangular, homogénea en la altura de su caserío e ideal como espacio cortesano de representación. En el centro del lado norte de esta plaza, que desde entonces y salvo en algunas pocas ocasiones se ha venido llamando plaza Mayor, Gómez de Mora consiguió integrar el edificio de la Casa de la Panadería modificando tan sólo su planta baja, aunque su altura era inferior a la del resto del caserío que conformaba la plaza.

En la parte superior centrada de la Casa de la Panadería se encuentra un escudo de España con las armas en tiempos de Carlos II, llama la atención la ausencia de las armas de Portugal, recientemente independizada del Reino de España. El escudo está compuesto por las armas de Castilla y de León, en el primer cuadrante; las armas de Aragón y Sicilia, en el segundo; las armas de Austria y de la Borgoña moderna, en el tercero; las de la Borgoña antigua y Brabante, en el cuarto, las de Flandes y las de Tirol en el escusón de abajo y el símbolo de Granada en el centro del escudo. Las armas de Portugal se habrían situado en el escusón de arriba, entre las de Castilla y León y las de Aragón.

Con posterioridad se han repetido en el edificio obras de remodelación interior y restauración, siendo muy conocida la que realizó en 1880 el arquitecto Joaquín María Vega.

En 1988, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso público restringido para acometer la decoración de la fachada, debido al gran deterioro de las pinturas que había realizado el pintor y ceramista Enrique Guijo en 1914. A ese concurso fueron invitados los artistas Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido Martín Begué y Carlos Franco, resultando ganador este último, con un proyecto basado en personajes mitológicos como Cibeles, Proserpina, Baco o Cupido, y otras inventadas por el artista, relacionadas con la historia de Madrid y de la Plaza Mayor. Los trabajos para pintar los frescos de Carlos Franco se llevaron a cabo en 1992.

Han sido varios los usos y las instituciones que a lo largo del tiempo se han instalado en este emblemático edificio, pues además de servir como tahona general de la villa, desde 1732 albergó las dependencias del Peso Real, más tarde algunas de sus estancias se convirtieron en sede de las Reales Academias de San Fernando (1745-1774) y de la Historia (1774-1871). En el último tercio del siglo XIX el municipio se hizo cargo del edificio para, en primer lugar, instalar la Biblioteca Municipal y, ya a comienzos del siglo XX, transformarla en la Segunda Casa Consistorial de Madrid y en sede del Archivo Municipal. En la actualidad sigue acogiendo dependencias municipales, y algunas instituciones como el Centro Cultural Mesonero Romanos.

lunes, 20 de enero de 2014

Nomenclatura de la Plaza Mayor

El nombre de la plaza ha variado a lo largo de la historia, se llamó primeramente "Plaza del Arrabal" porque estaba situada fuera de la muralla, en el Arrabal. Después con el paso de los años ha ido cambiando sucesivamente de denominación dependiendo de la situación política.

En 1812, cumpliendo el decreto que disponía que todas las plazas mayores de España pasasen a llamarse "Plaza de la Constitución", cambió de nombre, pero solo duraría hasta 1814, año en que pasó a llamarse "Plaza Real". Recuperó el nombre de "Plaza de la Constitución" en diversos periodos posteriores.

En 1873, cambió su nombre por el de "Plaza de la República", y otra vez a "Plaza de la Constitución" desde la Restauración de Alfonso XII en 1876 hasta la Dictadura de Primo de Rivera en 1923. Tras la proclamación de la II República se volvió a cambiar al nombre de "Plaza de la Constitución" hasta el final de la Guerra Civil española cuando se recupera el popular nombre de "Plaza Mayor", nombre que perdura hasta la actualidad.

martes, 14 de enero de 2014

Plaza Mayor

La Plaza Mayor de Madrid está situada en el centro de la ciudad, a pocos metros de la plaza de la Puerta del Sol y de la Plaza de la Villa junto a la calle Mayor.

Se trata de una plaza porticada de planta rectangular, de 129 metros de largo por 94 metros de ancho, que está completamente cerrada por edificios de viviendas de tres plantas, con 237 balcones en total que dan a la plaza. Dispone de nueve puertas de acceso, de las cuales la más conocida es la del Arco de Cuchilleros, en la esquina suroeste de la plaza. En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería y enfrente suyo, en el lado sur, la Casa de la Carnicería. En los soportales, sostenidos por pilares de granito, se alojan numerosos comercios de hostelería, por ser un importante punto turístico de Madrid, así como de tiendas coleccionismo, filatelia y numismática.

Los orígenes de la plaza se remontan al siglo XV, cuando en la confluencia de los caminos (hoy en día calles) de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, se celebraba en este sitio, conocido como "Plaza del Arrabal", el mercado principal de la villa, construyéndose en esta época una primera casa porticada, o lonja, para regular el comercio en la plaza.

En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las "casas de manzanas" de la antigua plaza ese mismo año. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quién concluirá la plaza en 1619.

La Plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. El segundo de los incendios ocurrió en 1672 siendo el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854, continuándolas, tras la muerte de Villanueva, sus discípulos Antonio López Aguado y Custodio Moreno.

En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616.

En 1880, se restauró la Casa de la Panadería, encargándose Joaquín María de la Vega del proyecto. En 1921 se reformó el caserío, trabajo a cargo de Oriol. En 1935 se realizó otra reforma, llevada a cabo por Fernando García de Mercadal. Y en los años 60 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza. La última de las actuaciones en la Plaza Mayor, llevada a cabo en 1992, consistió en la decoración mural, obra de Carlos Franco, de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.