La exposición permanente está organizada en torno a grandes bloques temáticos que permiten al visitante realizar un recorrido por la historia de las diferentes disciplinas científicas. De modo que es posible comenzar la visita por cualquiera de las salas sin por ello perder el hilo conductor del recorrido completo.
La visita comienza en la sección Medir nuestro entorno, una sala en la que se exponen piezas de medición, topografía y agrimensura, entre las cuáles cabe destacar el Compendio de topografía y fortificaciones, un baúl que le regalaron al monarca Carlos II cuando éste cumplió los catorce años, con todos los instrumentos necesarios para el levantamiento de fortificaciones y que fue realizado por el matemático jesuita José Zaragoza.
Un poco más adelante el visitante se introduce en una sala que evoca la cúpula celeste en la que se exponen piezas vinculadas con la navegación y la astronomía. Medir el universo, es una sección en la que se pueden contemplar dos piezas únicas: un astrolabio flamenco atribuido al constructor Gualterius Arsenius (1554/1563) y una ballestilla o radio astronómico (1563) del mismo autor, único ejemplar completo que se conserva en el mundo. También se pueden observar otros instrumentos como relojes de sol, planetarios, esferas armilares, una silla de astrónomo, telescopios o una completa colección de globos.
Comprender para predecir, predecir para avanzar. En esta sala se muestran algunos de los instrumentos que desde el siglo XVIII hasta nuestros días, han contribuido al desarrollo de las ciencias experimentales como la física, la biología y la química.
En la sección de Mecánica, todas las piezas expuestas son la materialización en madera y metal de las leyes mecánicas conocidas, estudiadas en los gabinetes científicos y centros de formación, fundamentalmente durante los siglos XVIII y XIX. Se pueden ver piezas como la espiral de Arquímedes, el tornillo sin fin o los hemisferios de Magdeburgo.
En la sección de Acústica, se encuentran piezas muy interesantes, como uno de los primeros fonógrafos Tin- foil (1878) Edison, fabricados en serie o un analizador de sonidos de Koenig. En esta sala también hay secciones dedicadas a la Óptica, la Electricidad, la Meteorología, el Calor, las Ciencias Biológicas, las Ciencias de la Tierra y la Química.
Fotos: - Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.
La visita comienza en la sección Medir nuestro entorno, una sala en la que se exponen piezas de medición, topografía y agrimensura, entre las cuáles cabe destacar el Compendio de topografía y fortificaciones, un baúl que le regalaron al monarca Carlos II cuando éste cumplió los catorce años, con todos los instrumentos necesarios para el levantamiento de fortificaciones y que fue realizado por el matemático jesuita José Zaragoza.
Un poco más adelante el visitante se introduce en una sala que evoca la cúpula celeste en la que se exponen piezas vinculadas con la navegación y la astronomía. Medir el universo, es una sección en la que se pueden contemplar dos piezas únicas: un astrolabio flamenco atribuido al constructor Gualterius Arsenius (1554/1563) y una ballestilla o radio astronómico (1563) del mismo autor, único ejemplar completo que se conserva en el mundo. También se pueden observar otros instrumentos como relojes de sol, planetarios, esferas armilares, una silla de astrónomo, telescopios o una completa colección de globos.
Comprender para predecir, predecir para avanzar. En esta sala se muestran algunos de los instrumentos que desde el siglo XVIII hasta nuestros días, han contribuido al desarrollo de las ciencias experimentales como la física, la biología y la química.
En la sección de Mecánica, todas las piezas expuestas son la materialización en madera y metal de las leyes mecánicas conocidas, estudiadas en los gabinetes científicos y centros de formación, fundamentalmente durante los siglos XVIII y XIX. Se pueden ver piezas como la espiral de Arquímedes, el tornillo sin fin o los hemisferios de Magdeburgo.
En la sección de Acústica, se encuentran piezas muy interesantes, como uno de los primeros fonógrafos Tin- foil (1878) Edison, fabricados en serie o un analizador de sonidos de Koenig. En esta sala también hay secciones dedicadas a la Óptica, la Electricidad, la Meteorología, el Calor, las Ciencias Biológicas, las Ciencias de la Tierra y la Química.
Fotos: - Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.
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