En la Exposición Universal de París en 1878, Henri de Dion presentó una novedad arquitectónica que consistía en una serie de cuchillos armados unidos a los pilares de sostén, fijos estos a una cimentación hundida. Émile Cacheliévre, el ingeniero francés encargado de la construcción de una estación en Madrid para la compañía del ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz, aplicó esta innovación a su proyecto y diseñó un edificio de proporciones monumentales para la época, con un criterio muy funcional.
Pero aunque la nueva estación debería ser la cabecera de la línea, el resultado se asemejaba más a una estación de paso: dos cuerpos de fábrica paralelos, uno mayor para la entrada de viajeros y otro más pequeño para la salida, entre los cuales se encuentran las cinco vías cubiertas por una estructura metálica construida por la firma Fives-Lille en Bruselas. El resultado fue la estación más grande de Madrid en su tiempo y la primera definitiva. Después de casi dos años de trabajo y habiendo invertido casi dos millones de pesetas, el equipo integrado por Émile Cachelievre y los arquitectos españoles Calleja, Espinal y Uliarte dotó en 1880 a Madrid de una verdadera joya arquitectónica que con el paso del tiempo se ha convertido en la sede del Museo del Ferrocarril.
La inauguración de la estación de Delicias fue un acontecimiento muy comentado en Madrid. A las cuatro y media de la tarde del 30 de marzo de 1880, el Rey Alfonso XII y su esposa María Cristina, acompañados por el Gobierno, presidido entonces por Antonio Canovas, y otras autoridades, fueron recibidos por los representantes de la compañía, entre los cuales se encontraba José Canalejas, quien luego habría de ocupar la presidencia del Gobierno. Aunque sólo las vías extremas se utilizaban para la salida y entrada de trenes, se situó una locomotora en cada vía, y las cinco, engalanadas para la ocasión, avanzaron lentamente como una sola hacia el final de la vía, entre los aplausos y los vítores de los asistentes.
Explotada desde sus inicios por la compañía de Madrid a Cáceres y Portugal, que enlazaba dos capitales europeas Madrid y Lisboa con trenes directos y un tráfico mixto.
El 1 de Julio de 1969 se cierra la Estación al tráfico de viajeros pasando todas sus circulaciones a las estaciones de Atocha y Chamartín.
En 1980 se abre expediente de incoación para su declaración como “Monumento Histórico”, posteriormente Bien de Interés Cultural y el 19 de Diciembre de 1984 abre sus puertas como Museo del Ferrocarril.
Fotos: - Museo del Ferrocarril.
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