jueves, 25 de julio de 2013

Todos con Galicia

Ante hechos así, hoy sobran todos los comentarios sobre otras cosas.


España vuelve a llorar.

En el año 2004 fue Madrid por un atentado, accidente de tren en Castelldefels el año 2010, hoy es Galicia por su accidente ferroviario de ayer día 24 de julio de 2013.

Todo mi apoyo a las familiares y víctimas de ayer, estoy con vosotros, desde aquí mi pésame, sufrimiento y dolor os acompañan.



martes, 23 de julio de 2013

Cafés literarios (1ª parte)

En la Península Arábiga aparecieron los primeros lugares públicos que servían café, bebida con un origen legendario conocida como néctar o vino de los árabes. A comienzos del siglo XVII, Venecia introdujo los cafés en Europa que se extendieron por Italia, Austria y Francia. En España la introducción del café considerándolo tanto como consumición como por establecimiento, estuvo unido a la mentalidad ilustrada del siglo XVIII. Junto a los Salones y los Clubes, los Cafés fueron medios de difusión de ideas ilustradas y científicas y lugares de sociabilidad que respondían a las nuevas costumbres y demandas de las altas clases sociales españolas. El antecedente de los cafés españoles parece estar en los mentideros, remontándonos para ello al siglo XVII, pero el antecedente más claro es la botillería. A diferencia de ésta, el Café tuvo a comienzos del siglo XIX un carácter más permanente y no transitorio.

A mediados del siglo XIX se produjeron varios cambios en los Cafés: se reconstruyeron los viejos y se construyeron nuevos Cafés por influencia de París, fueron el marco idóneo para la burguesía y se abrieron a las mujeres. Después en los años noventa del mismo siglo se dejó sentir la influencia del modernismo en las estructuras de los Cafés, predominando ahora la arquitectura de hierro y la uniformidad espacial. Este esplendor vino dado por la aparición por estos Cafés de las figuras de la llamada Edad de Plata de la literatura española, la Generación de 1898. Las posteriores generaciones de 1914 con figuras como Ramón Gómez de la Serna o Juan Ramón Jiménez y las de 1927 o del ‘30 según algunos autores con Federico García Lorca, Dámaso Alonso contribuyeron a este resplandor de los Cafés madrileños que en nada tienen que envidiar a los de París, sirviendo de marco de referencia para los Cafés de provincia.

Los antiguos cafés y ateneos se convirtieron en auténticos centros literarios y filosóficos de España destacando en este sentido, sobre todo, la ciudad de Madrid, donde enclaves como el Antiguo Café y Botillería de Pombo , el Café de Madrid , el Ateneo de Madrid , el Café Gato negro , el Café Imperial y demás lugares de reunión, dieron un magnánimo esplendor al ambiente bohemio implantando en Madrid durante el final del siglo XIX hasta el fin de la II República que acabaron con esa edad dorada de las letras castellanas en España . La vida bohemia en Madrid durante esta esplendorosa época se nutrió de magníficos escritores , pintores , filósofos y otras gentes de este maravilloso mundo del arte comprometido , que frecuentaron los templos bohemios anteriormente citados , entre ellos Ramón Gómez de la Serna , José Ortega y Gasset , Valle-Inclán , Pío Baroja y su hermano Ricardo , Unamuno , Rubén Darío , Juan Ramón Jiménez , además de políticos como Manuel Azaña que llegó a ser el Presidente del Ateneo de Madrid de 1930 a 1932.

Si hiciéramos un repaso a todos ellos encontraríamos una gran variedad de cafés literarios representativos durante ese periodo de varios lustros y cada uno escucho las voces más características de las generaciones intelectuales.

martes, 9 de julio de 2013

Casas de cordero

Situadas en la Calle Mayor, nº 1, con vuelta a la Calle de Esparteros, nº 3 y 5, c/v Calle del Marqués viudo de Pontejos, nº 2, c/v Plaza de Pontejos, nº 2 y c/v Calle del Correo, nº 2.

En ese mismo año de 1841, Santiago Alonso Cordero, siendo concejal del Ayuntamiento de Madrid, adquirió la totalidad del solar en el que había estado situado el Convento de San Felipe El Real en publica subasta, con una puja rozando los 17 millones de reales, considerada desmesurada para aquellos tiempos pese a tratarse del solar mas importante de Madrid, ubicado en la actual Puerta del Sol, calle Mayor, nº 1, corazón comercial entonces de toda España. Benito Pérez Galdós comentaba en los Ayacuchos de los Episodios Nacionales: “Ha comprado el solar de San Felipe, para construir en el una casa; allá se irá con El Escorial en grandeza, y será la 8ª maravilla de la Corte”.

¿Cual es el origen de la fortuna de Santiago Alonso Cordero, que le permitió esta enorme adquisición en 1841?. Si hacemos caso a Ramón Gómez de la Serna: “La fortuna de Cordero fue hecha súbitamente en el premio gordo de la lotería de Navidad con muchas combinaciones de premio. Tanto gano que el Tesoro casi se declaro en quiebra para poder pagar. El Rey llamo a Cordero para rogarle que cobrara poco a poco a la Hacienda, maltrecha. Una de las compensaciones que tuvo fue la de este edificio”. (Podría comentarse la incoherencia que presenta el texto cuando indica; “El Rey llamo a Cordero...”, ya que en España estuvimos en periodo de Regencia, no de Reinado, desde 1833, muerte de Fernando VII, hasta 1843, en que las Cortes declararon a Isabel II mayor de edad, realizándose la venta en 1841), Carrete Parrondo en Puerta del Sol coincide con Gómez de la Serna y comenta: “la totalidad del solar adquirido en 1841 por cerca de 17 millones de reales por el maragato Santiago Alonso Cordero, destinado parte del premio gordo de lotería, que le había tocado, premio tan cuantioso que el Erario se vio obligado a pagarle en varios plazos y a cederle este solar como parte del mismo; y allí construyó la mejor y mas grande casa de vecindad de Madrid”.

Actualmente en el Instituto de Estudios Madrileños no consideran valida la hipótesis del premio gordo de la lotería, ya que no aparece Santiago Alonso Cordero en la relación de premiados aquellos años, por lo que no se tiene seguro del origen de su fortuna.

Estas casas que llevan el nombre de su promotor, Santiago Alonso Cordero, fueron construidas entre 1842 y 1845 por el arquitecto Juan José Sánchez Pescador en el solar donde estuvo emplazado el Convento de San Felipe el Real, fundado en 1547, desamortizado en 1836 y derribado en 1838, las diseñó formando seis edificios, cinco de ellos haciendo un conjunto. Fue el primer gran edificio de viviendas que tuvo la ciudad, consta de cuatro alturas sobre planta baja y presentaba una distribución de las viviendas ajustada a los distintos perfiles sociales y económicos de la época, localizándose las viviendas más lujosas en la parte central del edificio.

Cuando se produjo la reforma de la Puerta del Sol, entre 1852 y 1862, se consiguió crear ese espacio público representativo que buscaba la clase política liberal, en parte gracias a las Casas de Cordero, pues el arquitecto Lucio del Valle unificó arquitectónicamente el conjunto de edificaciones de la plaza, tomándolas como modelo. Si observamos detenidamente la Puerta del Sol resulta que todas y cada una de las fachadas que dan a esta plaza tienen la misma altura y la misma disposición ordenada de vanos, balcones y pilastras que las Casas del Cordero.

En la importantísima colección de fotografías de monumentos españoles realizadas por Jean Laurent, fotógrafo de la corte, destacan tres de las Casas de Cordero pudiéndose observar en una de ellas, con el titulo “Kiosco del Teléfono”, la gran torre de distribución de cables para abonados, cuando el monumental edificio fue la primera sede de Telefónica en Madrid hace mas de una centuria. En la fotografía de la Puerta del Sol, hacia 1920, se refleja con todo detalle la torre y los cables de distribución para las terminales telefónicas.

Unos años mas tarde, Santiago Alonso Cordero vendió la totalidad de esta edificación con un importante beneficio. Todavía en la actualidad, se conoce como Casas de Cordero, Plaza y Calle del Marques Viudo de Pontejos y Calle Esparteros, nombre que tristemente se va perdiendo.


Como anécdota cabe decir que todavía se conserva en la esquina de las Calles Mayor y de Esparteros el escudo del promotor de este edificio, en el que además estuvo mucho tiempo ubicado el Café Nuevo del Pombo.