lunes, 22 de diciembre de 2008

Celebraciones del Real Madrid


CELEBRACIONES DEL REAL MADRID

El entorno de la Fuente de Cibeles es lugar tradicional de encuentro para la celebración de los títulos del Real Madrid Club de Fútbol.


La historia de la relación entre ambos se remonta al 18 de junio de 1986, cuando el entonces futbolista del Real Madrid, Emilio Butragueño, marcó cuatro goles en un partido de la Copa Mundial de Fútbol de 1986 de México entre las selecciones de España y Dinamarca en la eliminatoria de octavos de final. Este acontecimiento hizo que varias decenas de personas de concentraran en la citada fuente al grito de "Oa, oa, oa, Butragueño a La Moncloa".

Desde entonces la Fuente de Cibeles pasó a ser el lugar de celebración de las victorias más importantes y títulos del Real Madrid. En un principió todo el mundo se encaramaba a la fuente en las celebraciones, pero velando por la conservación del monumento el Ayuntamiento de Madrid restringió el acceso únicamente a los jugadores, pasando más adelante a permitir el acceso sólo al capitán del equipo, colocándose una pasarela alrededor de la fuente para los festejos.

En la celebración de la Liga 2006/07 solamente se permitió que el capitán del equipo, Raúl, le colocara una bufanda del equipo a la escultura desde una grúa. Para la temporada 2007/2008, el Real Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, han firmado un acuerdo para que de nuevo Raúl suba a la Cibeles. Y así lo hizo ayer día 4 de Mayo de 2008, el Madrid consiguió ganar la liga de forma matemática y por meritos propios en Pamplona ante el Osasuna y de nuevo como años anteriores la Cibeles lució las galas típicas madridistas colocadas por el Capitán.

Fotos: - Fuente de Cibeles.








Curiosidades de la Fuente de Cibeles


CURIOSIDADES DE LA FUENTE DE CIBELES


* El grifo y el oso. Fueron añadidos en 1862 en sustitución de los incómodos caños que había, pero en 1895, cuando la fuente se trasladó al centro de la plaza, estas dos figuras se suprimieron definitivamente. El oso era ya una piedra poco reconocible por lo que se optó por su destrucción, pero el grifo estaba en buenas condiciones así que se guardó en los almacenes de la Villa, junto con otras piezas de monumentos varios donde quedó abandonado y olvidado. Cuando a finales del siglo XX se restauró la Casa de Cisneros, alguien se acordó del grifo de Cibeles y fue trasladado al jardincillo de este edificio. Por su parte, el oso, que se volvió a esculpir de nuevo, adornaba uno de los Paseos de la Casa de Fieras del Retiro. En la actualidad, tanto el oso como un dragón forman parte de las colecciones del Museo de San Isidro de Madrid, en cuyo patio renacentista pueden contemplarse, junto a los remates de tritones y nereidas de las "cuatro fuentes" del Paseo del Prado.

* La verja. En esa misma ocasión del traslado de la fuente se le añadió una verja rodeándola por entero. A través de los años, en una nueva remodelación la verja desapareció sin que el Ayuntamiento diera explicación alguna y la gente se olvidó de ella, hasta que hace poco (finales del siglo XX) la prensa dio con su paradero por casualidad y lo informó: Se halla en la entrada al recinto de la sede de la banda de cornetas y tambores de la Policía Municipal que está ubicada cerca del Puente de los Franceses.

* En 1841 fue robado el cañón de bronce que asomaba por la boca del oso, costando su reparación 1.800 reales.

* En 1931 fue arrancada su mano izquierda.

* Posteriormente, durante la Guerra Civil Española, hubo de protegerla mediante una compleja obra de ingeniería por parte de uno de los bandos, que aún dominaba Madrid, cubriendo la fuente de Cibeles con una montaña de sacos terreros para protegerla contra las bombas y disparos del bando enemigo (que ya habían causado deterioros durante un bombardeo quedando muy dañada en su brazo derecho, nariz, así como en el morro de uno de los leones.), gracias a lo cual se evitaron daños mayores en el monumento.

* En los años 1994 y 2002, la escultura fue mutilada, siéndole arrancada en ambas ocasiones una mano; en una de las ocasiones la mano original apareció, pero en la otra no, teniendo que ser sustituida por una nueva de origen moderno.

* Teñida de pintura fosforescente en varias ocasiones.

* Fuente de Cibeles en México. En la Plaza de Cibeles, Avenida Oaxaca a 2 cuadras del metro Insurgentes, en Ciudad de México, se encuentra una réplica exacta de la fuente madrileña. Fue donada por la comunidad de residentes españoles en México. Se erige como símbolo de hermanamiento entre ambas metrópolis. Fue inaugurada el 5 de septiembre de 1980.



Fotos: - Fuente de Cibeles.

Descripción de la Fuente de Cibeles


DESCRIPCIÓN DE LA FUENTE DE CIBELES

La figura principal es la diosa Cibeles, obra del escultor Francisco Gutiérrez. Está montada en un carro dispuesto sobre una roca que se eleva en medio del pilón. Sentada en el carro aparece la diosa vestida con un fino manto. En sus manos lleva un cetro (mano derecha), símbolo del poder universal y las llaves de la ciudad (mano izquierda), en el pedestal se esculpieron un mascaron que escupía agua por encima de los leones hasta llegar al pilón, más una rana y una culebra que siempre pasan desapercibidas. Dos leones esculpidos por el francés Roberto Michel, tiran del carro. Los leones representan a los personajes mitológicos Hipómenes (o Melaión) y Atalanta, la gran cazadora del grupo de Diana. Hipómenes se enamoró de ella y consiguió sus favores con la ayuda de Afrodita y del truco de las manzanas de oro, pero al cometer los amantes sacrilegio cuando se unieron en un templo de Cibeles, Zeus se enfureció y les convirtió en leones condenándoles a tirar eternamente del carro de la gran diosa.
La fuente no sólo era un monumento artístico sino que tuvo desde el principio una utilidad para los madrileños. Tenía dos caños que se mantuvieron rústicos hasta 1862. De uno se surtían los aguadores oficiales que solían ser asturianos y gallegos y llevaban el agua hasta las casas y del otro el público de Madrid. En el pilón bebían las caballerías. El agua procedía de un viaje de aguas que, según la tradición,databa de la Edad Media de la época en que Madrid era musulmán. Tenía fama de poseer buenas propiedades curativas de cualquier mal. Los caños eran incómodos y de difícil acceso y estaban situados en el lugar donde hoy saltan los surtidores. Precisamente por eso en el año 1862, el Ayuntamiento decidió cambiarlos por dos figuras artísticas y de diseño simbólico para la villa de las que manaba ampliamente el agua: un oso y un grifo (animal mitológico equivalente al lagarto) que además fueron colocadas de manera que se facilitara el acercamiento de las gentes.

En 1895 fue el traslado de la fuente al centro de la plaza. Con motivo de las obras pertinentes se hicieron nuevas remodelaciones. Se colocó el monumento sobre cuatro peldaños y se le rodeó de una verja para evitar en este caso el acceso. La fuente ya no cumplía su cometido porque la mayoría de las casas tenía o empezaba a tener agua corriente, por lo que el añadido del grifo y el oso se quitó, volviendo así al primitivo proyecto de Ventura Rodríguez. Además se añadieron en la trasera dos amorcillos; uno (cuyo autor es Miguel Ángel Trilles) vierte agua de un ánfora, y el otro (su autor es Antonio Parera) sostiene una caracola. Pero con este cambio no se perdió la traída de aguas del viaje antiguo y para suplir la fuente como tal se construyó una fuentecilla con caño en la esquina de la plaza, del lado de Correos. Esta fuentecilla siguió siendo todo un símbolo para el pueblo de Madrid que allí acudía a llenar cántaros, botijos y botellas, como sus antepasados. La fuentecilla dio lugar a que la música le dedicara una canción: "Agua de la fuentecilla, la mejor que bebe Madrid…".

A mediados del siglo XX el agua de la fuente se hizo más artística con el añadido de surtidores y diversos chorros formando cascadas y agregando la iluminación de colorines que hizo las delicias del pueblo madrileño. En el estanque superior hay dos surtidores verticales que alcanzan los 5 m. de altura, acompañados de una serie de chorros inclinados que envían el agua desde la diosa hasta la parte externa.


Fotos: - Fuente de Cibeles.








Historia de la Fuente de Cibeles



HISTORIA DE LA FUENTE DE CIBELES



Fue trazada durante el reinado de Carlos III. Parece ser que en principio iba destinada a los Jardines de La Granja de San Ildefonso en Segovia, pero cuando se empezó a remodelar el ancho Paseo del Prado, la fuente se colocó frente al palacio de Buenavista, muy cerca de él, a la entrada del Paseo de Recoletos y mirando hacia la otra gran Fuente, la de Neptuno, como parte de las obras de ordenación del Paseo del Prado.

Este proyecto, iniciado por José de Hermosilla bajo la supervisión del Conde de Aranda, se basaba en crear un espacio circoagonal limitado en los extremos por dos fuentes dedicadas a los dioses mitológicos Cibeles y Neptuno. En el centro, se situaría además una fuente dedicada a Apolo. A la muerte de Hermosilla en 1775, Ventura Rodríguez se hizo cargo de las obras, y él mismo se encargó del diseño de las fuentes, incluida la Cibeles, cuyo proyecto y presupuesto fue presentado en marzo de 1776. Aprobado el proyecto de Ventura Rodríguez, las obras de la Fuente de la Cibeles comenzaron en 1780, encargándose de su realización los escultores Francisco Gutiérrez y Roberto Michel, así como el adornista Miguel Ximénez.

Entre ella y el Palacio había unos edificios pequeños donde estaba ubicada la Inspección de Milicias y más tarde la Presidencia del Consejo de Ministros, hasta que en 1780, se incendió todo el grupo.

Instalada la fuente en 1782, no funcionó hasta el año 1792.

En 1895 se trasladó el monumento al centro de la plaza, colocando a la diosa mirando al primer tramo de la calle de Alcalá. Este traslado levantó mucho revuelo y críticas que se vieron reflejadas en la prensa de la época donde se dieron todos los detalles de la polémica entre el Ayuntamiento y la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Hasta el año 1981 no hubo ninguna restauración.

Fotos: - Fuente de Cibeles.








lunes, 8 de diciembre de 2008

Fuente de Cibeles

FUENTE DE CIBELES



La fuente de Cibeles se encuentra en la Plaza del mismo nombre.

Se instaló en 1782 en el Salón del Prado, junto al Palacio de Buenavista, de cara a la fuente de Neptuno (actualmente en el centro de la plaza de Canovas del Castillo, en el Paseo del Prado junto al Palacio de Villahermosa, actual Museo Thyssen-Bornemisza, y al Hotel Palace). La actual plaza se llamó al principio Plaza de Madrid y en el año 1900 tomó el nombre plaza de Castelar. En la actualidad está delimitada por los grandes edificios del Palacio de Buenavista (Cuartel General del Ejército), Palacio de Linares (Casa de América), Palacio de Comunicaciones (antes sede de Correos y actualmente de la Alcaldía de Madrid) y Banco de España. Lo curioso es que cada uno de estos monumentos pertenece a un barrio distinto de Madrid.


Incluye a la diosa Cibeles, símbolo de la Tierra, la agricultura y la fecundidad, sobre un carro tirado por leones. Los encargados de su realización fueron Francisco Gutiérrez (figura de la diosa y el carro), Roberto Michel (los leones) y el adornista Miguel Ximénez, de acuerdo con el diseño de Ventura Rodríguez. La diosa y los leones fueron esculpidos en mármol cárdeno del pueblo de Montesclaros (Toledo), y el resto en piedra de Redueña, localidad enclavada a 53 Km. al norte de Madrid, cerca de la sierra de La Cabrera.


Fotos: - Fuente de Cibeles.

Plaza de Cibeles

PLAZA DE CIBELES



Es la segunda plaza más popular de Madrid, por detrás de la Puerta del Sol, en cuyo centro está situada la Fuente que le da su nombre.

A finales del siglo pasado, el Alcalde Alberto Bosch ensanchó la plaza dándole la forma circular que tiene en la actualidad y trasladó la fuente al centro de la misma desde el lateral donde estuvo siempre, junto a la verja del Palacio de Buenavista.


Como en aquella época, la plaza no tenía ninguna denominación oficial, fue bautizada con el nombre de Plaza de Madrid hasta que, en 1900, recibió el de Castelar, nombres que no prosperaron porque para los madrileños seguía siendo la castiza y popular Plaza de Cibeles.

Hipómenes y Atalanta

HIPÓMENES Y ATALANTA



Atalanta era una joven griega quien todavía no conocía el amor. Por este motivo decidió acudir a Shansira, portadora del oráculo y experta en las artes adivinatorias. Esta la había vaticinado grandes desgracias si contraía matrimonio. La doncella perdió por ello el poco interés que tenía por casarse y se dedicó a lo que más le gustaba: la caza.

Como era una mujer muy hermosa y tenía muchos pretendientes detrás suya, se le ocurrió la idea de proclamar que cualquier hombre que aspirase a desposarla debía competir con ella en una carrera. Aquel que ganara, conseguiría su mano. Al que perdiera ella misma se encargaría de darle muerte. Aunque cualquier persona en sus cabales se hubiera mantenido alejada de semejante reto, parece ser que muchos jóvenes griegos con especial despego a sus vidas buscaron suerte y encontraron el final de su lanza.


Para desgracia de Atalanta y regocijo de Shansira, uno de ellos ganó la carrera. Un joven apuesto llamado Hipomenes que durante largo tiempo estuvo enamorado de Atalanta y nunca tuvo el atrevimiento de confesárselo y vio en esta empresa una oportunidad de conseguir lo que por tanto tiempo había anhelado. El muchacho en cuestión, había pedido ayuda a Afrodita, quien le había entregado tres manzanas de oro del jardín de las Hespérides. Siguiendo el consejo de la diosa, Hipomenes arrojó uno a uno los tres frutos durante la competición, provocando que Atalanta se detuviera en mitad de la carrera a recogerlos y llegara después que él a la meta. Hipomenes era listo y consiguió a su amada, pero no lo suficiente, porque se le olvidó agradecer a la diosa del Amor el favor que le había concedido.


Afrodita, que era especialmente vengativa, encendió la pasión de los dos amantes cuando pasaban junto a un templo de Cibeles, excitándolos de tal forma que no pudieron controlarse y tuvieron que satisfacer sus deseos allí mismo, delante de la Diosa. El castigo por profanar el suelo sagrado no se hizo esperar, y Zeus apareció enfurecido, los convirtió en leones y los unió al carro de la Diosa Cibeles por toda la eternidad.


Desde entonces los dos amantes permanecen juntos sin poderse tocar en la tan famosa fuente madrileña, incluso si uno alguna vez presta atención y consigue separar el ruido del trafico y la multitud que rodea al conjunto, puede escuchar a los enamorados haciéndose confesiones de amor eterno.


“Los hombros se convierten en paletillas, todo el peso se carga en el pecho y con la cola barren la superficie de la arena. En su rostro hay ira, en vez de palabras lanzan rugidos,
en vez de casas habitan la selva y, leones temibles para los demás, muerden con sus dientes domeñados los frenos de Cibeles.” (
Ovidio, Metamorfosis, Libro X. Canción de Orfeo).


Autor: Raquel Sánchez.


Relatos Jamás Contados

domingo, 16 de noviembre de 2008

Instalaciones del Ritz

INSTALACIONES DEL RITZ


Situado en la Plaza de la Lealtad, cerca al Museo del Prado y el Museo Thyssen, el Hotel Ritz es frecuentado por la realeza europea. Gracias a la calidad de su servicio y a un prestigio incomparables, se ha ganado un puesto entre los diez mejores hoteles del mundo (Revista Travel & Leisure, 1999).

Con sus 167 habitaciones, sus amplios salones y su jardín, ya desde sus orígenes es contado entre los mejores hoteles del mundo. Cuenta con cinco salones para la celebración de reuniones, desde el más pequeño y elegante al más lujoso e imponente, así como majestuosos jardines, que lo convierten en el lugar perfecto para celebrar grandes recepciones en los meses más calurosos. Sillones de mimbre blanco y mesas de mármol cubiertas con impolutos manteles de hilo, colocados entre las terrazas protegidas del sol y encantadores jardines del hotel, crean el ambiente ideal para relajarse y disfrutar tranquilamente de la deliciosa gastronomía española.


Durante su historia ha sido sede de innumerables anécdotas y por el que han pasado desde entonces personajes, desde Ernest Hemingway a Gracia de Mónaco y Rainiero (que celebraron su luna de miel en una suite del Ritz), o Ava Gardner, entre otros muchos.


La gestión del hotel ha pasado por numerosas manos a lo largo de su existencia: Georges Marquet, Enrique Massó, el grupo Forte y Granada, el grupo francés Le Meridien (que realiza su completa rehabilitación en 2001) y el grupo norteamericano Orient-Express, que se hace cargo del emblemático establecimiento en 2003.


Fotos: - Hotel Ritz.

Hotel Ritz

HOTEL RITZ



Inspirado por el deseo del rey Alfonso XIII de construir un hotel de lujo que estuviera a la altura del Ritz de París, el Hotel Ritz de Madrid, inaugurado en 1910, comparte con sus homónimos de París y Londres la reputación de ser uno de los hoteles más majestuosos de Europa. El hotel se diseñó y construyó bajo la supervisión personal del legendario hotelero Cesar Ritz, de quien adoptó el nombre.


El Ritz ha desempeñado un papel esencial en la vida de Madrid durante el último siglo. Aún hoy, el hotel persiste como un punto de atracción clave para muchos visitantes de esta capital europea.


A principios del siglo pasado, el rey Alfonso XIII volvía de sus viajes por Europa con el recuerdo de los palacios que había visitado impreso en la memoria. Madrid era una ciudad de intensa vitalidad, con edificios soberbios y hermosos jardines. Sin embargo, de un modo u otro le faltaba algo. El Rey fue el primero en ser consciente de cuánto ganaría la ciudad si contara con un gran hotel de lujo de la misma categoría del Ritz de París o Londres.


Se puso manos a la obra y no perdió tiempo en poner estas ideas en práctica. Madrid debía ofrecer a sus visitantes algo realmente extraordinario: un hotel que pudiera satisfacer el gusto más refinado de un nuevo tipo de viajero, que sólo por aquel entonces empezaba a conocerse como "turista". Su propia boda fue la excusa para dotar a Madrid con un hotel de lujo, el primero de la capital. El mismo Rey aporta parte del capital, junto a otros personajes de la sociedad madrileña.


El sueño del monarca comenzó a hacerse realidad. La edificación del Ritz -grandioso, luminoso y confortable- había comenzado con el respaldo de la Compañía de Desarrollo Ritz. Charles Mewes, de París, y Luís de Landecho, de Madrid, fueron los arquitectos responsables. En poco tiempo, las paredes del futuro hotel sobrepasaban ya las magnolias, los cedros y las acacias del Prado.


Se inaugura con una gran fiesta el 2 de octubre de 1910, y rápidamente se convierte en uno de los referentes de la vida social y cultural de la capital.


Lo último en comodidad y lujo en aquella época era contar con cuatro o cinco cuartos de baño en cada planta del hotel. Con instalaciones como éstas, el Ritz se convirtió de inmediato en uno de los hoteles más lujosos del mundo. Había un teléfono por piso junto al ascensor, el cual también estaba considerado como un ejemplo sublime del lujo moderno.


Actualmente, el Hotel Ritz mantiene estas tradiciones, aunque los baños y teléfonos son estándar en todas las habitaciones, las cuales cuentan además con conexiones Wireless de alta velocidad a Internet.


Sin lugar a duda, el deseo del rey Alfonso XIII de crear un hotel majestuoso se vió cumplido.


Fotos: - Hotel Ritz.

La Bela Ragazza

LA BELA RAGAZZA


Raúl no podía conciliar el sueño, la situación que hace poco se había creado entre Alicia y él lo había dejado inquieto. Se encontraba cansado pero no podía dormir, una y otra vez el rostro de la mujer mirándole fijamente con los ojos enrojecidos pasaba por su mente. No podía borrarla de su cabeza.


- ¿Qué me está pasando? – se preguntaba a si mismo.


Hacia pocos meses que Cristina y él lo habían dejado. Ella había decidido marcharse a Suiza y no quiso que Raúl la acompañara, ambos hubieran tenido un puesto fijo en una filial de su empresa allí, pero Cristina era ambiciosa y nunca había querido sinceramente a Raúl. En numerosas ocasiones él pensó en casarse con ella pero Toni siempre le advertía que aquella mujer no le quería, que siempre era él el que ponía todo en esa relación y ella únicamente se estaba divirtiendo.


Todo esto lo comprobó el último día que la vio en la oficina antes de partir a su puesto de Directora de Recursos Humanos. Había ido a despedirse y a intentar que recapacitara y le dejara irse con ella, la noche antes había estado discutiendo en casa con Toni como testigo en la otra habitación y no quería que se fuera así. Al abrir la puerta de su despacho los encontró allí. Nunca se lo hubiera imaginado a pesar de que el resto de conocidos se lo había comunicado mil veces, Pedro, el Responsable de Personal, y Cristina estaban liados.


Al verle entrar poco se sorprendieron ellos, ya no tenían nada que ocultar, al fin y al cabo se iban a ir juntos y media empresa ya lo sabia excepto el novio que aún seguía ignorante de los rumores. Raúl no dijo nada, les miró y cerró la puerta tras de si, esa historia ya había acabado.


- Ella no parece ser igual, tiene algo distinto, ¡ay! Raúl tu cabecita va muy deprisa, cálmate, posiblemente haya sido el momento que te ha confundido, cálmate – se decía a sí mismo.


Alicia, en la otra habitación, oía moverse a Raúl. Ella tampoco podía dormir, los recuerdos habían vuelto a su mente y esa sensación que había sentido al estar entre sus brazos la estaba mortificando.


- ¿Y si voy a hablar con él?..., no, no, no, mejor no, ha sido todo provocado por mi cabeza, debo tranquilizarme, estoy confusa, mañana veré las cosas de otra manera, mejor será que me duerma- rumoreaba en el silencio Alicia.


A la mañana siguiente, la primera en levantarse fue Alicia, Raúl despertó cerca de las doce de la mañana, ni el ruido del teléfono de la llamada de Toni había roto su sueño y ella no quería perturbarle, le dejaría descansar y a la una como muy tarde le daría el recado de Toni, total hasta las tres tenían tiempo.


Raúl sobresaltado se despertó de golpe, un pitido en la calle le desveló. Oyó ruido en la cocina y fui allí enseguida.

- Lo siento, me he quedado dormido, hemos perdido toda la mañana, voy a darme una ducha, me visto y nos vamos, ¿Dónde está Toni? ¿No ha llegado?. Vaya y encima me has preparado el desayuno, esto no es justo, que mal anfitrión que soy- se disculpó Raúl.


- No te preocupes, dúchate tranquilamente. Toni no viene, ha llamado hace un rato, nos espera a las tres en el Hotel Ritz, me ha dicho que tú sabias ir, que era uno de los Hoteles que vimos ayer al pasar, que debíamos posponer nuestra salida de hoy pero que me llevaras contigo. El Ritz esta cerca del Palace, ¿no?- le respondió Alicia.

- ¿Al Ritz? ¿y para que quiere que vayamos allí?. Sí, esta enfrente del Palace ¿por? ¿lo conoces?- dijo extrañado Raúl.

- Por lo visto le ha llamado Javier. Dice que vienen los italianos del programa de costes que estáis llevando a cabo a hacer una revisión y que como sois vosotros los responsables, os debéis reunir con ellos porque nadie más en la empresa sabría darles explicaciones. Han quedado allí para comer, según me ha dicho Toni, él iba a pasarse a recogerlos al aeropuerto y nos espera allí. Yo le he dicho que no debía ir porque es una comida de negocios, que me quedaba aquí en casa y ya me prepararía yo algo pero ha insistido en que no falte, que no es molestia, que acabareis pronto y luego, nos vamos a ir a comprar algo para decorar mi habitación. En el Palace trabajaba mi tío aunque nunca llegué a venir a visitarle, ahora vive en Alicante explicó Alicia.

- Ah, ya, ya se quienes son, los millonarios. Y claro que no, tú te vienes con nosotros. Así te llevamos como te prometimos ayer a comer fuera y luego vamos donde tu quieras, tu eliges donde ir a comprar, me voy a la ducha. Guarda el desayuno en la nevera porque si como algo ahora luego no probaré bocado, siento haberte hecho preparar esto, prometo que me lo comeré mañana o luego. No tardo.


Mientras Raúl se duchaba, Alicia se arregló con uno de sus mejores vestidos, con el dinero que Javier le había dado por adelantado compraría algo de ropa luego y algunos complementos. Al salir de la ducha y vestirse Raúl fue en busca de Alicia a su habitación, iba vestido con un traje negro, camisa azul cielo, corbata rosa y zapatos negros de piel.


-¿Estas lista? ¿Nos vamos?.

- Si, ya estoy, cuando quieras.

- ¡Que guapa estas!- dijo Raúl boquiabierto.

-Gracias. – se sonrojó Alicia.


Se había puesto un vestido blanco de verano, que resaltaba su piel dorada por el sol de primavera, con zapatos y bolso a juego y el pelo suelto al viento, a la luz su color castaño y rizado brillaban más de lo que ya lo hacían al natural y esos ojos marrones sobresalían en belleza sobre todo el conjunto.


Al llegar al Hotel uno de los camareros del salón-restaurante les comunicó que Toni y los señores que le acompañaban ya estaban esperándoles, les llevó hasta la mesa que estos ocupaban y los tres hombres allí presentes al ver a la hermosa mujer se pusieron enseguida en pié. Toni hizo las presentaciones oportunas de la mujer a los miembros que formaban la mesa.


- Que Bela Ragazza, me encantan las mujeres españolas, que belleza oculta poseen, que magnetismo – dijo Maximo.

- Estoy de acuerdo contigo, mujeres hermosas no hay muchas como ellas en otros países- agregó Paolo.


Este comentario no fue del gusto de Raúl, cosa que Toni notó, conocía bien a su amigo y vio que iba a soltar alguna de sus famosas frases pero enseguida intervino para calmar los ánimos de su compañero ¿por qué se comportaría así por Alicia? Algo raro estaba pasando, luego a solas hablaría con él, no podían perder a aquellos clientes por una de sus groserías y la asistencia de Alicia podría jugar en su favor.


- Deberíamos pedir, seguro que todos estamos hambrientos- sugirió Toni.


El semblante de Raúl cambió, parecía que Toni había atajado el problema. Durante toda la comida estuvieron hablando de cuestiones técnicas que los italianos querían añadir al programa para que el personal de su empresa tuviera mayor facilidad de manejo y de recogida de información de la base de costes del producto que vendían, complementos de moda. Alicia quería irse familiarizando con el mundo en el que iba a entrar y prestó atención a todo lo que los hombres hablaban hasta que Maximo les interrumpió de repente.


- Discúlpenme señores pero creo que la bella señorita terminará aburriéndose de estos temas si seguimos hablando de ellos. Llevamos hablando de lo mismo desde hace casi dos horas y no es justo que con tan buena compañía y los buenos consejos que ella misma nos ha aportado no la premiemos con algo. Si no es mucho atrevimiento me gustaría acompañarla a sus compras esta tarde, según me ha dicho Toni usted acaba de llegar hace poco a Madrid y necesita adquirir vestuario, yo soy experto en moda y podría ayudarla si usted quisiera. Mi socio puede quedarse aquí con sus amigos ultimando el resto de detalles, yo luego la acercaría a casa si a ellos no les importa.


Otra vez Toni notó un impulso de rabia en Raúl, parecía ser que la idea no le gustaba nada pero es cierto que debían de seguir con Paolo pues el resto de cosas a tratar afectaban a su departamento y Maximo ya no tenía que hacer nada más allí, además Alicia se aburriría, les quedaban detalles técnicos más que nada y ahí ella ya no podría comentar nada. Aunque a Raúl no le gustara lo sugerido no les quedaba más remedio, esa tarde estarían ocupados con los negocios y no podrían atenderla y quien mejor que Maximo para aconsejarla en ropa. Iba a abrir la boca Toni pero Alicia se adelantó.


- Es usted muy amable, no creo que Toni y Raúl tengan mayor problema. Es cierto que necesito ropa y estaría encantada en que me ayudara, así yo no les estorbaría, acepto su propuesta.

- No…..-Toni le dio una patada por debajo de la mesa a Raúl cuando abrió la boca- …..vuelvas tarde quería decirte – añadió Raúl- ya sabes que para mañana tenemos planes y hay que madrugar.

- No te preocupes que te la devolveré sana y salva- respondió Maximo con una sonrisa de victoria.

- Hasta luego chicos, nos vemos en casa.

- Hasta luego- respondieron- un placer, espero volver a verla pronto- añadió Paolo.


La tarde con Maximo fue increíble, donde quisiera que fueran, en cualquier tienda le conocían y no dejo que Alicia pagara nada de su propio bolsillo, todo lo cargaba a su cuenta, quiso compensarla como regalo por su presencia en la comida e incluso la invitó a cenar, después de llevarla a ver la fuente de Cibeles que tantas ganas tenía de ver. Cerca de la madrugada Maximo la llevó a casa, hizo esperar al chófer en la puerta y la acompañó hasta el portal.


- Prometo devolverte el dinero que te has gastado conmigo, es un abuso por mi parte aceptar todo esto, así que te lo devolveré de alguna manera.

- No tienes que devolverme nada, es un regalo, aunque lo podrías compensar dejándome volver a contar con tu presencia por un día entero antes de que regrese a Italia. Regreso el Viernes. ¿Crees que te dejaran salir tus guardaespaldas? Jajá jajá. – preguntó Maximo.

- No son mis guardaespaldas, son mis amigos, me han ayudado mucho desde que llegué y simplemente se preocupan por mí. Podemos volver a coincidir en tu próxima visita, no sería correcto que dejara a Toni y Raúl solos esta semana ya que han cogido estos días por mi causa- intentó rehusar Alicia.

- Está bien como tú desees, aunque es una lastima, me hubiera gustado volverte a ver pero ya sé donde encontrarte, se donde trabajas, jajá jajá.

- Jajá jajá, cierto, bueno si no te veo que tengas buen viaje y gracias por todo. Hasta pronto.

- Hey un momento- inquirió Maximo agarrando a Alicia del bravo.

- ¿Si?….


Al volverse Alicia vio como Maximo le robaba un beso de sus labios, se quedó tan sorprendida que cuando consiguió reaccionar iba a abofetearle pero Maximo agarro su mano, parándola, y saliendo corriendo hacia el coche sin tiempo a respuesta por su parte. Alicia subió aprisa las escaleras. Abrió la puerta y se encontró a Raúl de pie apoyado en el marco de su habitación.


- Espero que te lo hayas pasado bien, ya te has buscado un nuevo amigo, al parecer le agradas bastante y le ha faltado tiempo para besarte y no se sabe que más habrás hecho con él, pensaba que eras distinta, eres igual que todas, te doy mi ayuda y me lo agradeces así, ¿también le has calentado las sab…..? - decía con rabia Raúl.


Sonó un bofetón, Toni se levantó al oír los gritos de ambos, ¿pero que les estaba pasando a estos dos? ¿Por qué peleaban? Aún no había tenido ocasión de hablar con Raúl sobre su extraño comportamiento durante la comida.


- ¿Me estabas espiando? ¿Calentado el que….? termina, ¿acaso estas celoso? Por si no te has dado cuenta ya soy mayorcita y tu no eres mi padre ni tienes ningún derecho sobre mí, déjame en paz- con estas palabras entró Alicia en su habitación y cerró la puerta de un portazo.

- ¿Pero que te pasa? ¿Por qué la hablas así?- preguntó Toni.

- Olvídame y vete a dormir- grito Raúl corriendo hacia su habitación.

- Menudo lío, ¿Quién les entiende? En fin, que lo resuelvan ellos solos, mañana será otro día, quizás deba hablar con los dos pero por separado- musitó Toni.


Autor: Raquel Sánchez.

Relatos Jamás Contados

domingo, 9 de noviembre de 2008

Neptuno

NEPTUNO


Neptuno es el hijo mayor de los dioses Saturno y Ops, hermano de Júpiter. Neptuno gobierna todas las aguas y mares. Cabalga las olas sobre caballos blancos. Todos los habitantes de las aguas deben obedecerlo y se lo conoce como Poseidón en la mitología griega.


Originalmente, Neptuno es el dios romano de las nubes y la lluvia, y así se mantiene hasta el año 399 a.C., cuando se decide la importación del culto a Neptuno desde las colonias griegas de Sicilia y se traslada entonces la divinidad de las aguas aéreas a todas las aguas, pero con predominio de las marinas, de ese cuyas orillas se va edificando el grandioso imperio.


Neptuno eligió el mar como morada y en sus profundidades existe un reino de castillos dorados. Con su poderoso tridente agita las olas, hace brotar fuentes y manantiales donde quiera y encauza su ira provocando los temibles sismos o terremotos.


Este dios es un rey inseparable de sus caballos. Por esta y más razones, se le simboliza con un caballo. Neptuno no viste con ropajes suntuosos, ya que su aspecto es suficiente para demostrar su poderío.


El Dios de los mares es un muy peligroso e inestable elemento, con sus emociones puede provocar desde terribles tormentas y tempestades hasta olas tranquilas y pacíficas, por lo que nunca nadie intenta provocarlo sin un importante motivo.


Neptuno, aparte de sus caballos y de ser conocido bajo la forma de un caballo, tuvo siempre a su lado a los delfines como cabalgaduras y compañeros.


Era el Dios que sostenía el planeta en el que vivimos, porque el océano rodeaba la Tierra y era evidente que él desde los mares, soportaba el peso de la tierra firme. Además, Neptuno había dado forma a las costas, había arrancado trozos de montañas para formar los acantilados o había pasado la mano por el litoral para dejar suaves playas y abrigadas bahías en las que los barcos encontraban refugio. Por eso, aparte de tener a su lado sirenas traidoras, a las nereidas inigualables, a las oceánidas hermosas y a los tritones poderosos, Neptuno era señor de las ninfas, ondinas y náyades de los lagos, de los ríos, de las fuentes, todas ellas eran parte de su corte y a él le debían pleitesía y obediencia por ser parte del mundo acuático.


Aunque no fue un amante ni tan afamado ni tan divertido como su hermano Júpiter (Zeus en la mitología Griega), Neptuno tuvo su línea de amoríos apasionados y pasajeros.


Su esposa principal fue Anfitrite, una Nereida que le dio como hijos a los tritones, monstruos marinos con rostros humanos barbados y colas como las de los delfines. Los cabellos son algas, tienen agallas tras las orejas y manos que parecen conchas.


Fotos: - Fuente de Neptuno.

Fuente de Neptuno

FUENTE DE NEPTUNO



Fue construida entre 1780 y 1784 como parte de las obras de ordenación del Salón del Prado. Fue realizada al tiempo que la Fuente de Cibeles pero sin embargo se conserva en peor estado, a pesar de haber sido restaurada en varias ocasiones.


La obra, realizada sobre un diseño de Ventura Rodríguez, se debe al escultor don Juan Pascual de Mena quien la realizó toda ella en mármol blanco procedente de Montesclaros (Toledo).


Consiste en un gran pilón circular en cuyo centro se encuentra el dios Neptuno que, según la mitología, gobernaba sobre las aguas y los mares, cabalgando las olas sobre caballos blancos. Este Dios también es conocido como Poseidón. Representado con una culebra enroscada en la mano derecha y el tridente en la izquierda sobre un carro formado por una concha tirada por dos caballos marinos. Alrededor del carro se ven focas y delfines que arrojan agua a gran altura. El dios de las aguas aludiría a la Marina que Carlos III reformó para hacerla más competitiva y reforzar el nexo con las colonias.


La fuente, que en un principio estuvo situada entre el Prado de San Jerónimo y el Paseo de Trajineros, mirando a Cibeles, fue trasladada al centro de la Plaza de Canovas del Castillo en 1898, lugar en donde sigue actualmente. Forma parte, junto con la Cibeles, y la Fuente de Apolo y las Cuatro Estaciones de los tres grandes grupos escultóricos diseñados por Ventura Rodríguez para el Salón del Prado.


La situación privilegiada de la fuente, con el Hotel Palace y el Ritz a sus lados, el Museo del Prado, el Thyssen y el Congreso de los Diputados, hacen de la fuente un lugar de paso obligado. Al encontrarse en el medio de una glorieta, en una zona con mucho tráfico, no se puede apreciar de cerca correctamente, aunque puede que en una futura remodelación de la zona, esto se subsane. El Atlético de Madrid va a esta fuente para celebrar sus triunfos.


Fotos: - Fuente de Neptuno.

Plaza de Canovas del Castillo

PLAZA DE CANOVAS DEL CASTILLO


Esta es la Plaza de Neptuno, nombre tan popular que poca gente sabe que su identidad real es Plaza de Canovas del Castillo dedicada al político y literato Antonio Canovas del Castillo el cual murió asesinado en el balneario de Santa Águeda en Guipúzcoa.

sábado, 25 de octubre de 2008

Hoteles de lujo y Fuentes mitológicas

HOTELES DE LUJO Y FUENTES MITOLÓGICAS


¿Quién no ha imaginado alguna vez pasar una noche de ensueño en un hotel lujoso donde con un simple gesto de la mano tuviéramos todo a nuestro servicio? O ¿Ser un personaje poderoso, un Dios, por ejemplo, que pueda manejar el mundo a su antojo?.

Eso podríamos pensar al pasear por el Paseo del Prado y encontrarnos con dos de los Hoteles más lujosos de Madrid, el Hotel Palace y el Hotel Ritz, entre otros, u observando las Fuentes de Neptuno y de Cibeles.


Aunque casi la mayoría hemos ido alguna vez a hoteles para pasar cortas estancias de vacaciones, no todos cuentan con los mismos servicios e instalaciones que estos dos mencionados anteriormente. Son dos edificios destacados entre la gente con posibilidades y elegidos por numerosos artistas para pasar sus noches cuando vienen a realizar conciertos o estrenos de películas, incluso presentaciones de libros de importantes escritores así como conferencias de personajes ilustres.


Lo mismo sucede con estas fuentes, son piezas indiscutibles de postal características de Madrid e inmortalizadas en las imágenes tomadas por todo tipo de turista que viene a visitar la ciudad.


¿Cuántas personas han pasado por sus alrededores y no se han parado a fotografiarlos?. En mi humilde opinión creo que ninguna.

Evocando a los Dioses

EVOCANDO A LOS DIOSES



Era una dura tarde en los talleres de Don Juan Pascual de Mena. Eran más allá de las siete, y Benito Ulla era el único ser vivo en el gran edificio lleno de humanos y animales de mármol, sin más alma que la que el propio Juan Pascual, antiguo Director General de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ya retirado desde hace varios años.


Corría el invierno del año 1783, y el tiempo se había demostrado especialmente inclemente en los últimos días. Benito simbolizaba una de las más recientes incorporaciones al grupo de escultores de Mena, aunque él no era precisamente un joven aprendiz, sino que ya llevaba quince años de experiencia a sus espaldas, en talleres menores de Toledo y Alcalá de Henares.


Ese día había nevado copiosamente en la capital de España y solo Benito, que era el que más cerca vivía de la ubicación de los talleres, había conseguido llegar hasta allí. Llevaba solo todo el día, y pensaba que más le valdría no haber ido esa mañana al taller, pero ya estaban retrasándose mucho con el encargo que los propios asistentes personales del monarca Carlos III les habían mandado elaborar, una fuente con la efigie del dios romano Neptuno, diseñada por el propio maestro arquitecto Ventura Rodríguez.


Se suponía que esta estatua tendría que haber estado en el Salón del Prado el pasado año, coincidiendo con la colocación de la fuente de la diosa Cibeles que Francisco Gutiérrez había cincelado el pasado año, pero seguramente hasta el 84 no podría estar situada en el emplazamiento indicado, frente a su compatriota y sus leones.


Pues allí se encontraba Benito iluminándose con un pequeño candil y llegando a la triste conclusión de que no iba a tener mucho más tiempo de trabajo en ese día. Casi a oscuras remataba el hocico de uno de los caballos marinos, mientras se preguntaba de que retorcida imaginación salían ese tipo de criaturas, puesto que él nunca había oído hablar de caballos con la parte posterior como si fuera la de un pez. Quizá en otros lugares, en las lejanas Filipinas, habían visto a semejantes criaturas, porque Benito en su inocencia no creía posible que nadie pudiera inventar algo tan extraño sin haberlo visto antes.


Estando allí solo todo el día, y realizando ahora mismo una tarea bastante rutinaria, poco le costaba hacer volar su mente a los dilemas que le producían ese tipo de cuestiones. ¿Por qué no usar peces, o delfines como en las fuentes de Paris? De todos modos, ¿para qué necesitaría el dios romano de las aguas un carro tirado por caballos? Las propias aguas podrían llevarlo hacia donde él quisiera, o podría ir encima de algún animal acuático, sobre una gran tortuga o algo parecido.


Además, desde el principio este encargo le dejaba perplejo. Bueno, no solo este, sino todos los del Salón del Prado. ¿Por qué tenían que reverenciar a Neptuno, o incluso a Cibeles, cuya existencia desconocía hasta el mismo momento que se enteró de la construcción de su fuente? Los españoles eran católicos cristianos desde siempre, no entendía porque no se les dedicaban esas fuentes a los santos o a los apóstoles... Vale que quisiéramos parecernos a los franceses, pero todo tiene un límite. Si ellos no querían reverenciar a los ángeles y a los santos allá ellos, pero los españoles se jactaban de ser los más devotos cristianos de Europa, con permiso del Vaticano, y no terminaba de entender este tipo de encargos. A él le gustaban más las imágenes religiosas, como el San Juan Bautista que su propio maestro esculpió para la iglesia de San Fermín de los Navarros.


Sumido en sus pensamientos, terminó casi sin darse cuenta de dar forma al equino hocico que le había llevado casi toda la tarde. Alzó el candil sobre su cabeza y contempló la pieza completa. Allí vio el rostro de Neptuno, sin ojos definidos, mirando hacia un lado, con los cabellos mecidos por el viento. Formaba una estampa regia, pese a estar casi desnudo, y Benito terminó por admitir que las figuras de la antigüedad también tenían una magnífica estampa.


Para cuando el reloj de la iglesia cercana dio las siete y media, Benito ya estaba despojándose de su mandil y abrigándose todo lo posible, con la manta de viaje sobre su chaquetón y calándose la gorra. Ahí fuera, en la oscuridad, haría un frío realmente intolerable.


Autor: Marcelino Andrade.

Relatos Jamás Contados

Exposición del 2 de Mayo de 1808 (Guerra de la Independencia) en el Centro Cultural de La Villa y La Biblioteca Nacional


EXPOSICIÓN DEL 2 DE MAYO DE 1808 (GUERRA DE LA INDEPENDENCIA) EN EL CENTRO CULTURAL DE LA VILLA Y LA BIBLIOTECA NACIONAL

Con motivo del Bicentenario de La Guerra de La Independencia la Comunidad de Madrid ha realizado diversos actos para celebrar el triunfo sobre las tropas francesas en la capital.

Por ello el Ayuntamiento realizó en estos días varias exposiciones, algunas de ellas situadas en el Centro Cultural de La Villa de Madrid, lugar próximo al Teatro Fernán Gómez, en la Plaza de Colón, otra en La Biblioteca Nacional, una tercera en el Canal de Isabel II y por último otra en Conde Duque.

En todas estas exposiciones se muestran cuadros realizados por Goya, en los que inmortalizaba los acontecimientos ocurridos en aquellos años, así como el vestuario de las tropas implicadas en el enfrentamiento, armamento militar y diversos documentos y videos que testimonian el levantamiento.

Este fervor de lucha que impulsó al pueblo madrileño a amotinarse, y no al Estado de aquel entonces, hay que debérselo a el alcalde de Mostotes que fue el encargado de hacer llegar bandos a todos los ciudadanos para levantarse contra los franceses que en un principio habían asegurado que únicamente querían pasar a través de España para la conquista de Portugal dejando detrás de sí su verdadero objetivo escondido que era apoderarse del Trono Real Español para entregárselo al hermano de Napoleón, José Bonaparte, apodado por los madrileños como “Pepe Botella”. Esto hizo que ese día, el 2 de mayo de 1808, el pueblo madrileño al ver que querían sacar a la Familia Real que estaba en Palacio para llevársela a Francia se concentrara en este lugar y al grito de ¡Que nos lo llevan! penetrará en las instalaciones y comenzara la lucha callejera con un triunfo histórico que se recuerda año tras año a pesar de los fusilamientos y pérdidas sufridas por tal acto.

A tal efecto se erigieron numerosos monumentos para recuerdo de las generaciones venideras como el mencionado anteriormente.

Fotos: - Exposición del 2 de Mayo de 1808 (Guerra de La Independencia).



jueves, 9 de octubre de 2008

Historia del Monumento a Los Caídos



HISTORIA DEL MONUMENTO A LOS CAÍDOS



El Monumento a los Caídos por España, llamado antes de 1985 Obelisco o Monumento a los Héroes del Dos de Mayo, está situado en la Plaza de la Lealtad, junto al Paseo del Prado, en el mismo sitio donde el 2 de mayo de 1808, las tropas francesas al mando del general Murat fusilaron a numerosos madrileños después del Levantamiento. Fue construido en tiempos de Isabel II.


Acabada la Guerra de la Independencia, las Cortes de 1814 quisieron rendir un homenaje a todas aquellas víctimas, construyendo un monumento en su memoria. Sin embargo, con la vuelta de Fernando VII esta iniciativa quedó paralizada, y no fue hasta el 21 de abril de 1821, durante el Trienio liberal, tras varios intentos de crear un monumento en homenaje a todos los luchadores anónimos muertos en aquellos dos días, cuando se coloca la primera piedra del mismo. Las obras fueron realizadas por el arquitecto Isidro González Velázquez, ganador del primer premio de un concurso de proyectos que se había convocado para tal efecto en 1820 y resuelto al año siguiente para su materialización. De nuevo, con la restauración del absolutismo la construcción volvió a quedar paralizada hasta que en 1836 el Ayuntamiento decidió continuar la obra, quedando terminada el Dos de Mayo de 1840. Celebrándose finalmente la inauguración el 2 de mayo de 1840, coincidiendo con la efeméride del acontecimiento. El 22 de noviembre de 1985, el rey Juan Carlos I reinauguró de nuevo el monumento, pasando a dedicarse a todos los caídos por España, en cuya memoria se colocó una llama que arde permanentemente. Se homologaba así a los numerosos memoriales levantados en todo el mundo con carácter de símbolo nacional y que toman frecuentemente el nombre de Tumba del soldado desconocido.


El monumento esta compuesto por cuatro cuerpos. En la parte del zócalo se eleva un sarcófago con un medallón en bajo relieve que representa los bustos de los capitanes Luís Daoiz y Pedro Velarde, artífices de la sublevación contra los franceses en el cuartel de artillería de Monteleón situado entorno a la actual plaza del Dos de Mayo. También hay una urna que contiene las cenizas de los madrileños fusilados el 3 de Mayo. La llama siempre encendida por el aceite o el gas fabricado para tal efecto lo corona. Sobre este zócalo se colocó un obelisco de piedra de 46 metros de altura. En los cuatro frentes se colocaron estatuas que fueron realizadas en piedra de Colmenar con arreglo a los modelos que en 1823 hizo el escultor Esteban de Ágreda, y que representan a la Constancia -realizada por Francisco Elías-, el Valor –de José Tomás-, la Virtud –de Sabino Medina- y el Patriotismo –de Francisco Pérez-.


Fotos: - Monumento a Los Caídos (Plaza de La Lealtad).

Plaza de La Lealtad


PLAZA DE LA LEALTAD


Entre el Paseo del Prado y la Calle de La Lealtad, en este lugar fueron fusilados muchos madrileños el 3 de mayo de 1808, por lo que fue conocido como el Campo de la Lealtad de donde tomó su nombre la Plaza que se construyó posteriormente.

Monumento a Los Caídos Plaza de La Lealtad


MONUMENTO A LOS CAÍDOS (PLAZA DE LA LEALTAD)



Resulta curioso e increíble que la llama siempre este ardiendo, ni el viento, ni la lluvia ni ninguna inclemencia del tiempo la apaga. Eso fue lo que pensé cuando me encontré delante del conjunto escultórico que se construyó para conmemorar a los caídos en Madrid en el Levantamiento contra las tropas napoleónicas. ¿Que será lo que la haga mantenerse siempre intacta y luciendo?.


Esculturas preciosas enmarcan la piedra que lo corona. Encuadrado en una zona privilegiada no es indiferente al gentío que pasa en torno a sus cercanías. Raro es la persona que no se pare a observarlo con detenimiento y leer las placas que explican su colocación en aquel lugar.


Dios tenga en su Gloria a aquellos Héroes y descansen en Paz las cenizas que en él se haya.

Almas del Pasado

ALMAS DEL PASADO



Lleva allí casi dos siglos, y ya casi nadie repara en ella. No le da importancia, ella sigue brillando cuando la ocasión lo requiere y continúa cumpliendo con la función que le fue encomendada. Compañera, amiga, símbolo de aquellos que tan injustamente nos fueron arrebatados.


Se siente orgullosa de estar allí, iluminando con su sola presencia un lugar emblemático de Madrid, aunque tristemente menos conocida que otras plazas de esas que salen más en las postales de la ciudad; ella cree que eso se debe a que su plaza está tapada por la sombra de los árboles y los edificios, mientras que aquellas más afortunadas mostraban al aire libre todo su esplendor. Aun así, ha visto como se inclinaban ante ella personajes de la más alta importancia en la sociedad española, todo tipo de jefes de estado y militares de alto rango.


Tiene en muy alta estima a aquellos que desvían su vista de esos edificios brillantes y presuntuosos del Paseo del Prado para prestarle atención en tiempos de paz, en esos días que no es reverenciada. Le gusta que le saquen fotos y que estas hagan justicia a la grandeza del lugar en el que ella pasa día y noche, sin dormir ni descansar salvo contados días al año.


No le hace ninguna gracia el carácter político que la otorgan a ella y al obelisco a sus espaldas. Ella piensa en sí misma como un icono de carácter apatrida y de una significación universal. Pero no protestará al respecto. Primero, porque aun siendo pasional no es amiga de montar escándalos. Y segundo, porque por mucho que protestara no cree que la hicieran mucho caso. Al fin y al cabo, es solo una llama.


Por ello sigue en su sitio, en su negro pebetero. Alimentada por un prácticamente eterno suministro de gas, aunque se ve apagada de vez en cuando, que no extinguida. Durante esos momentos en los que no existe se siente en una profunda paz, pero a la vez se sabe vacía por dentro, la función por la que fue invocada en un primer momento es lo más importante para ella, y por eso sigue existiendo.


Aquellos que han caído por Madrid y por España desde tiempos inmemoriales merecen que se les dediquen los más numerosos monumentos posibles. Héroes anónimos que defendieron las vidas de compatriotas a los que ni siquiera conocían, pero por los que dieron gustosos vida y futuro.


Es por ellos que la llama seguirá iluminando el gris obelisco mientras que las buenas autoridades de Madrid sigan suministrándole alimento y cariño. Es por ellos que el Monumento a los Caídos de la Plaza de la Lealtad de Madrid seguirá recordando a los españoles el heroísmo de sus héroes, y a la vez el horror y la insensatez de la guerra.


Y así seguirá siendo, un magnífico símbolo del honor y la crueldad, de la ironía del ser humano.



Autor: Marcelino Andrade.

sábado, 4 de octubre de 2008

Primer Aniversario (5 - Octubre - 2008)


Primer Aniversario

Un paseo por Madrid esta de Fiesta esta semana. Hoy, Domingo 5 de Octubre de 2008, se cumple un año desde que escribí mis primeras letras.

Quisiera daros las gracias a todos los lectores por el seguimiento que he tenido, las palabras de ánimo y elogios que muchos de vosotros me habeis dirigido de una manera u otra. Así mismo me comprometo con vosotros, mis fieles amigos, a continuar con la labor que un día emprendí y si cabe, a dar una mayor calidad a mis narraciones sobre esta gran ciudad que es Madrid y a aquellos devotos de mis relatos seguir enganchandoos con ellos.

Para terminar esta breve entrada, reitero mi agradecimiento y mi ilusión con poder celebrar mas años juntos. Gracias y hasta pronto.

Arwen.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Salas que forman El Museo Naval (3ª Parte)

SALAS QUE FORMAN EL MUSEO NAVAL (3ª Parte)

Patio Central B. Construcción naval española en los siglos XIX y XX (1833-1931): Cuenta con una colección de modelos de buques que sirvieron en La Armada desde 1833 hasta final del reinado de Alfonso XIII, así como mascarones de proa de navíos de la época y dos embarcaciones empleadas por los nativos en el Caribe y el Pacifico a mediados del siglo XIX.

Sala XIV. Reinado de Alfonso XIII (1902-1931): Presidida por el magnifico modelo del acorazado España, se muestran objetos de la época, entre los que destacan la colección de armas y uniformes del monarca, regalo del Kaiser Guillermo II de Alemania y los óleos y recuerdos de acontecimientos navales del período tratado.


Sala XV. Segunda República y Guerra Civil (1931-1939): Rodeando al modelo del crucero Canarias se exhiben banderas, armas, cuadros, modelos y recuerdos relacionados con el período republicano y la Guerra Civil en el mar (1936-1939).


Sala XVI. Jefatura de Francisco Franco (1939-1975) y Reinado de Juan Carlos I (1975-en adelante): Presidida por retratos de la Familia Real, se muestran cuadros y modelos de buques que han servido o sirven en la Armada desde 1939 hasta la actualidad, encabezados por el portaaviones Príncipe de Asturias, buque insignia de La Flota.


Sala XVII. Descubrimientos geográficos (siglos XV al XVIII): Dedicada fundamentalmente a los descubrimientos y expediciones españolas y a sus protagonistas, durante los siglos XV al XVIII, destacan los portularios del Mediterráneo y la pieza más valiosa con que cuenta el Museo, la carta universal de Juan de La Cosa, fechada en el Puerto de Santa María en 1500, primera representación del Nuevo Mundo. Los instrumentos náuticos, astronómicos y de medida de los siglos XVIII y XIX, así como dos globos, uno terrestre y otro celeste, obras de Coronelli (siglo XVII) también se pueden contemplar en la sala.


Sala XVIII. Ciencias náuticas (siglos XVI al XVIII): Se expone una notable colección de instrumentos científicos y astronómicos de los siglos XVI al XVIII, entre los que destacan el estuche instrumental de Tobías de Volckhmer (1596), fabricado posiblemente para Felipe II, así como la colección de astrolabios, encabezada por el de Miguel Coignet, matemático y cosmógrafo flamenco del siglo XVI, uno de los tres de este autor que se conservan. Están también reunidos aquí retratos de las principales figuras españolas de la Marina Científica, así como una selección de mapas geográficos de algunas posesiones españolas en América.


Sala del Real Patronato: Reproducción de una cámara de oficiales de una fragata del siglo XIX en la que se exhibe una variedad de objetos personales y retratos de personajes ilustres de la Armada, así como piezas de cerámica, joyas, condecoraciones, miniaturas, etc., relacionadas con la historia de La Marina. La sala alberga las reuniones periódicas de los miembros del Patronato del Museo.


Camarote del Comandante: Reproducción de una cámara del Comandante de un navío del siglo XIX. Se muestran piezas de la misma naturaleza que las contenidas en la Sala del Real Patronato.


Fotos: - Museo Naval.

Salas que forman El Museo Naval (2ª Parte)

SALAS QUE FORMAN EL MUSEO NAVAL (2ª Parte)


Continuando el recorrido llegamos a:


Sala VI. Sala de la Nao San Diego: En esta sala se puede contemplar una parte de las piezas procedentes de la nao española San Diego, hundida frente a las costas de Manila en diciembre de 1600. En ella se exponen una muestra de los diferentes objetos recuperados relacionados con la vida a bordo, armamento y enseres personales que testimonian la vida y costumbres de la época. También se exponen seis grandes óleos atribuidos a Juan de la Corte (1597-1660) sobre las campañas del general Lope de Hoces en Brasil y Las Antillas (1622-1635).


Sala VII. Trafalgar (1805-1808), Guerra de La Independencia (1808-1814) y reinado de Fernando VII (1814-1833): En la parte dedicada al combate de Trafalgar en 1805, destaca una notable representación iconográfica de los jefes que se distinguieron en la acción, así como objetos personales de Federico Gravina, teniente general de La Real Armada y de Francisco Javier de Uriarte. Se exhibe también la insignia que el primero izó durante el combate a bordo de su capitana, el navío Príncipe de Asturias. Entre la colección de recuerdos de la Guerra de La Independencia (1808-1814), hay que destacar la bandera del navío francés L’Atlas junto con su águila, único ejemplar que se conserva de los entregados por Napoleón a los navíos franceses antes de Trafalgar; y del príncipe heredero de los Países Bajos, entregado al general y marino Van Halen (1788-1864). Tienen interés los retratos de Fernando VII, por Vicente López, y de Don Juan Ruiz de Apodaca, Conde de Venadito (1754-1835), por Antonio Mª Esquivel.


Sala VIII. Marina Científica (siglo XIX): Se muestran diversos instrumentos náuticos y científicos empleados en tierra y mar durante el siglo XIX. Destacan los recuerdos de Isaac Peral, inventor del primer submarino que utilizó la propulsión eléctrica por baterías y el tubo lanzatorpedos submarino (1888).


Sala IX. Armas y Etnografía (siglo XIX): Se expone un conjunto de armas de fuego portátiles del siglo XIX de diversas procedencias, así como armas blancas y de abordaje empleadas por La Armada en la misma época y la notable colección de armas, artefactos, objetos etnográficos y modelos de embarcaciones procedentes de China, sudeste asiático y pueblos del Pacífico, siendo las más importantes las originarias de Filipinas.


Sala X. Campaña de Cuba, Santo Domingo y África (siglo XIX): Esta sala está compuesta por óleos y recuerdos de los oficiales de La Armada que se distinguieron en las campañas de la Guerra de Cuba, anexión de Santo Domingo y Guerras de África. Es de señalar la espada regalada por el sultán Suleyman I de Marruecos en 1817.


Sala XI. Filipinas (siglo XIX): Objetos relacionados con la presencia española en Filipinas durante el siglo XIX hasta su independencia en 1898. Destacan los procedentes de las acciones contra los moros de Mindanao y la campaña hispano francesa en Cochinchina, modelos de embarcaciones y artillería construidos en Cavite y la maqueta de este arsenal.


Sala XII. Reinado de Isabel II (1843-1868): Dedicada a los sucesos navales del reinado, centrados en la primera guerra carlista y al bombardeo de Valparaíso y combates de Abato y El Callao (1866) que tuvieron lugar en la campaña de la escuadra del Pacífico al mando de Méndez Núñez, durante la Guerra entre Perú y Chile. Destaca el modelo de la fragata Numancia, primer buque acorazado que dio la vuelta al mundo, y una serie de óleos de combates, de los cuales sobresalen los de Muñoz Degrain y Monleón sobre El Callo. Son de señalar también los retratos, recuerdos personales, uniformes y condecoraciones de personajes ilustres de La Armada de la época.


Sala XIII. Reinado de Amadeo I, Primera República, Reinado de Alfonso XII y Regencia de María Cristina de Austria (1870-1902): Se exhiben óleos, objetos y recuerdos personales de la Segunda Guerra Carlista y de los sucesos cantorales, entre los que sobresale el cuadro de la Defensa de La Carraca por Monleón. Se exponen también los fondos relativos a la Guerra Hispano Americana en Filipinas, Cuba y Puerto Rico (1898).


Fotos: - Museo Naval.