miércoles, 6 de junio de 2012

Museo del Ferrocarril: El Edificio (1ª Parte)

La estación comenzó a construirse en el año 1879, sobre unos terrenos expropiados para tal efecto a un tal José Surime, siguiendo el proyecto del ingeniero francés Émile Cacheliévre, aunque durante muchos años se la relacionó erróneamente con Gustave Eiffel. En el proyecto también participaron los arquitectos españoles Calleja, Espinal y Uliarte. Cacheliévre aplicó un nuevo sistema consistente en una serie de cuchillos armados unidos a los pilares y hundidos en los cimientos presentado por Henri de Dion en la Exposición Universal de París de 1878. La construcción original de Dion se perdió, por lo que la estación tiene el valor añadido de ser la más antigua conservada que utiliza el sistema de Dion. La estructura metálica de la nave central fue construida en Bélgica por la firma Fives-Lille, como la Estación de Orsay de París, y posteriormente transportada a Madrid para el montaje final. La obra fue inaugurada a las cuatro y media de la tarde del 30 de marzo de 1880, sólo once meses después del comienzo de las obras, por el rey Alfonso XII acompañado del Gobierno de Canovas del Castillo.


La ubicación definitiva de la estación se hizo en este lugar por encontrarse ya construida entonces la línea de circunvalación (el "ferrocarril de cintura") que unía las estaciones de Atocha y Príncipe Pío, entonces llamada del Norte. Se construyó en el antiguo solar del paraje denominado "El jardincillo", junto al antiguo "Palacio de las Delicias del Río", en el barrio del Perchel. Al tener que buscar la conexión con la citada vía de circunvalación, la estación no pudo construirse en el mismo Paseo de las Delicias, sino en una zona situada siete metros por debajo de éste a la que se llega por una cuesta en forma de curva. Por esta razón, hoy en día no resulta visible desde el paseo, al hacer sido ocultada por edificaciones posteriores.


Aunque era una estación de cabecera, su diseño correspondía más al de una estación de paso, con los extremos libres y a los lados dos cuerpos paralelos. Se hizo para que uno sirviera para la entrada de pasajeros y el otro, menor, para la salida. La nave central, que cobijaba cinco vías, era un espacio completamente diáfano. Seguía así la tipología del resto de estaciones construidas por la época en Europa, pero con la peculiaridad citada de situar el andén de llegada a un lado y el de salida enfrente.


Fotos: - Museo del Ferrocarril.