lunes, 3 de diciembre de 2007

Ilustración y Neoclasicismo


ILUSTRACIÓN Y NEOCLASICISMO

Me sentía como en las películas, cuando vemos a un niño que se va a dormir y alguien le lee un cuento para que concilie el sueño, al fin y al cabo yo estaba contando un cuento pero en versión real puesto que todo esto no eran fantasías plasmadas en papel, era la pura vida, hechos reales ocurridos a personas reales, aunque en algunas ocasiones y así lo ha sido en ciertos tramos de la Historia, han inspirado filmes de este género, son numerosas las versiones que se han hecho y las que no dudo que se harán en el futuro con los sucesos que seguirán pasando en épocas recientes.

Mi público, así tengo la osadía de decirlo, cada vez era más numeroso y me hacían avanzar más y más en mis investigaciones y documentación, pues se iba corriendo la voz y todos, a la vez que ayudaban, sugerían y preguntaban por determinados años, de los cuales yo sabía algo pero no todo lo que querían conocer y eso a veces me conducía a tener que ir a buscar documentos antiguos o incluso preguntar a mis mayores, si habían vivido en aquellos años para que me relataran sus experiencias, en esta ocasión no podía informarme por familiares pues mi antecesores de aquel siglo ya no se encontraban entre nosotros, así que recurrí a la lectura.

En el siglo XVIII tampoco se corrigió la desarticulación administrativa de las tierras madrileñas, a pesar de algunos intentos. Bajo la Dinastía de Los Borbones, que impuso una administración más ordenada y eficaz, logró Madrid una serie de importantes mejoras en casi todos los aspectos. Desarrolladas gradualmente en los reinados de Felipe V y Fernando VI, se acentuaron en el inmediato siguiente de Carlos III. En la época de Felipe V, se creó, a escala nacional, la figura de las Intendencias, con poder político-administrativo. Sin embargo, la Intendencia de Madrid no resolvió el problema de raíz y la actual provincia continuó fragmentada en varios dominios, si bien se racionalizaron los procesos a la hora de ejecutar proyectos centralizados.

A Guadalajara le correspondían los partidos de Colmenar Viejo y Buitrago de Lozoya, así como el señorío del Real de Manzanares, coincidente en gran parte con la actual comarca de la Sierra de Guadarrama. Segovia extendía sus dominios al Norte y Oeste de la actual provincia madrileña, mientras que Toledo ocupaba el Este, con Alcalá de Henares y Chinchón como núcleos destacados. De Madrid dependían Casarrubios, en la actual provincia de Toledo, y Zorita de los Canes, en la de Guadalajara.

Esta dispersión territorial afectaba a procesos tan básicos como el abastecimiento de Madrid, que había disparado su población hasta convertirse en la ciudad más habitada de la monarquía. El efecto fue drástico: mientras que la Villa de Madrid absorbía un mayor volumen de renta procedente de todo el país, su territorio colindante —en manos de casas nobiliarias y del poder eclesiástico o bajo el influjo real— tendía a empobrecerse, sin posibilidad alguna de desarrollarse un tejido socio-económico acorde con las necesidades de la capitalidad.

Otro de los problemas que la capitalidad puso en evidencia fue la ausencia de infraestructuras. El entramado de caminos de la Submeseta Sur tenía su centro en Toledo y hubo que articular una red para garantizar el abastecimiento de la ciudad. Del siglo XVIII data la estructura radial de las comunicaciones españolas, que tiene su punto neurálgico en la ciudad de Madrid.


(Documentación extraída de: http://es.wikipedia.org/wiki/Portada, Gran Enciclopedia Universal, Enciclopedia de Grado Medio de los años 40 y Breve Historia de Madrid. Si se vulnera alguna normativa existente en las Leyes Españolas actuales, diriganse al autor del blog vía email para retirar los contenidos que violen dicha Ley.)

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