domingo, 25 de enero de 2009

Tregua


TREGUA



Después de la escena que habían ofrecido ambos tanto Alicia como Raúl estaban consternados. Alicia se encerró en la habitación llorando, tiró la ropa que había adquirido con Maximo en la silla del escritorio y se abalanzó sobre la cama. Las lágrimas brotaban por su rostro sin consuelo.

- ¿Pero que estará pensando sobre mi?, yo no he hecho nada malo, ¿Por qué me recrimina así? ¿Qué le pasa? Parece como si estuviera celoso, por lo que puedo deducir le ha molestado que me fuera con Maximo y no me quedara con ellos el resto de la sobremesa. ¿Qué hago ahora?- se repetía Alicia.

Raúl se había ido furioso a la suya, Toni intentó en varias ocasiones entrar a hablar con él pero desde dentro le grito que le dejara que no quería ver a nadie, incluso se cerró por dentro cosa que nunca hacia al no ser que estuviera acompañado y quisiera algo de mayor intimidad. Toni empezó a elucubrar si aquella noche que había estado en casa de su hermana había provocado que ocurriera algo entre aquella pareja de dos y por eso ahora estaban así, era la única explicación que tenía todo aquel atolladero.

Al día siguiente la casa estaba muy tranquila, no se oía nada, Toni estaba extrañado normalmente desde su cuarto escuchaba la música que Raúl solía poner todas las mañanas al despertarse mientras hacia algo de gimnasia y ahora no sonaba nada. Salió del dormitorio y vio la puerta del de Raúl totalmente abierta, no había nadie dentro, fue hasta el de Alicia y llamó para ver si había alguien dentro. Esta le respondió que enseguida saldría y desayunarían juntos. Ella estaba colocando la ropa dentro del armario de la cual cayó una tarjeta con el teléfono de Maximo de uno de los bolsillos que recogió y escondió en uno de los cajones de la mesilla. Al entrar en la cocina Toni se encontró una nota escrita a mano colocada sobre la puerta de la nevera, era de Raúl, le había llamado Javier diciendo que lamentablemente debían suspender sus días de vacaciones temporales que habían surgido problemas en la empresa y tenía que disponer de los dos, Raúl se iría adelantando y disculparía a Toni ante este diciendo que no le había podido localizar pero que en cuanto leyera su mensaje se presentara en la oficina. Toni explicó a Alicia lo sucedido y se disculpó por tenerla que dejar sola y no cumplir lo que le habían prometido, ella entendiendo la situación le dijo que no importaba que así podría descansar de estos días tan ajetreados y decorar la habitación a su gusto.

La semana fue pasando y la muchacha no coincidió con ningún de sus compañeros el resto de los días, no sabía si habrían estado por allí estos días pues según dejaba las cosas así se las encontraba al día siguiente. Mientras tanto ella había estado ocupada comprando algunas plantas y figuras que adornaran la estancia en la que iba a pasar la mayor parte del tiempo, así como haciendo la colada de cortinas, sabanas y edredón de la cama, ahora estaba todo más acogedor, con un buen toque femenino y de color, parecía otra cosa, reflejaba vida y alegría. De repente sonó el teléfono.

- Alicia, soy Toni, ¿Qué tal estos días?, te hemos dejado un poquito descuidada.

- Hola, no te preocupes, me teníais preocupada no he vuelto a saber de vosotros desde el miércoles y estamos hoy a sábado ya, os he dejado varios recados en la empresa y no me habéis contestado a ninguno, ya pensaba que os habíais olvidado de mí. Todo bien por aquí, no he parado, ya me conozco algo de los alrededores de la casa, al menos en lo que se refiere a tiendas.

- Por eso te llamo, estamos bien los dos, esta tarde pasaré a buscarte sobre las 6 así que ponte guapa aunque mucho no te hace falta porque tu ya lo eres, nos vamos de cumpleaños, hoy conocerás al resto de la pandilla, es el cumple de Pablo. Luego te veo. Besos.

- De acuerdo, hasta luego.

A las 6 en punto estaba ya Toni llamando al telefonillo, cuando Alicia bajó esperaba encontrarse allí también a Raúl, estaba un poco nerviosa por la actitud que tendría este al volver a verla pero no fue así, no estaba. De camino, en el coche, Toni la contó que primero irían a un karting que habían colocado en la Plaza de Dalí con motivo de la exposición de Formula 1 de Fernando Alonso que estaban realizando en la misma plaza, después irían todos a cenar y por último a tomar alguna copa por los pubs madrileños, al fin Alicia conocería la marcha madrileña. Al llegar al Karting ya estaban todos esperándoles incluido Raúl, recibieron a la muchacha con los brazos abiertos, todos excepto Raúl que ni siquiera le dirigió una mirada, parecía un miembro más. Toni y Pablo no se apartaban de su lado en ningún momento, ambos chicos se pelearon para montar con ella en uno de los coches, explicarla los detalles de la exposición y agradarla durante la cena. Alicia nunca se había reído tanto, todos bromeaban de la atención que ambos chicos la estaban brindando incluso las chicas la picaban haciendo que estaban celosas de tal actitud. Raúl por su parte era todo lo contrario no se acercaba a ella en ningún momento aunque la observaba desde lejos, parecía que todo el rencor de aquella noche aún seguía vivo y difícilmente desaparecería.

Alicia estaba disfrutando como una niña pequeña. Decidieron ir a la zona de Huertas a terminar de celebrar el festejo, era una zona llena de sitios de marcha según le habían contado donde sin necesidad de coger los coches podrían intercambiar de sitio fácilmente. Al llegar a uno de los pubs la gente comenzó a dispersarse, haciéndose pequeños grupos. Toni fue a por unas copas para él y para ella.

- Pensaba que nunca te iban a dejar sola – le dijo una voz por detrás.

- Tampoco es tan difícil acercarse a mi- respondió Alicia al reconocer la voz de Raúl.

Toni al volver al lugar donde había dejado a Alicia y darse cuenta que por fin, su amigo tan testarudo, se había aproximado a ella para aclarar las cosas como le había estado aconsejando durante toda la semana, fue en busca del resto del grupo y les dejó hablar a solas.

- Me he comportado como un crío contigo, no debí hablarte así el otro día, no tengo ningún derecho y menos a actuar así durante el día de hoy, entiendo que estés enfadada conmigo, eres libre y puedes proceder según creas, yo no soy nadie para juzgarte, me he comportado como un egoísta- intentaba justificarse Raúl.

- La verdad es que no entiendo porque estas así conmigo, únicamente traté de ser amable con tus clientes y lo que viste del beso con Maximo….

- No sigas, no hace falta que me des explicaciones – la cortó Raúl - Maximo es un hombre soltero, tiene fama de mujeriego aunque es muy selectivo y no elige a cualquier mujer para que le acompañe, en la empresa ya ha habido varias que han intentado cazarle y hasta ahora nadie lo ha conseguido, quizás haya puesto sus ojos en ti. Tendrás ocasión de comprobarlo pues suele venir muy a menudo a la empresa, es uno de nuestros mejores clientes.

- Pero es que puede que yo no fije los míos en él, puede que a mí él no me interese- respondió Alicia mirando fijamente a los ojos de Raúl.

- ¿Y quién te interesa a ti?- intentó averiguar Raúl.

Volvió a crearse el mismo silencio que aquella vez que estaban en casa, la situación se repetía aunque esta vez el sitio era diferente y estaban rodeados de gente. Raúl se acercó despacio a Alicia, la cogió de las manos y…

- Hola chicos, ¿Qué hacéis aquí tan solitos? La fiesta está por allí, os estáis perdiendo lo mejor, ¡mirad a Toni donde está!, no me puedo creer que esté haciendo esto con lo tímido que es- era Pablo intentando llamar su atención.

Toni estaba subido en el escenario del pub con micrófono en mano, el karaoke funcionando y la voz del muchacho entonando la letra que iba pasando por la pantalla. De repente, mientras todos estaban riendo y viendo a Toni con su magnifica actuación, Alicia creyó ver algo, se quedó mirando fijamente la sombra de una persona al fondo de la sala que al igual que ellos estaba disfrutando de la canción. Sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo como si algo la avisara de un mal presagio.

- No puede ser, es imposible, será alguien que se parece a Sergio, pero la similitud es asombrosa. Estas obsesionada, estará a miles de kilómetros de aquí y no puede saber donde estoy- murmuró Alicia.

- ¿Decías algo?-pregunto Raúl entre el ruido de la multitud- ¿Tienes frío? Estas pálida como un panal de cera. ¿Salimos fuera?.

- Si, por favor, hace mucho calor aquí y creo que me estoy mareando.

- Pablo, ahora volvemos, Alicia no se encuentra bien. Vamos a tomar el aire un rato.

- No os preocupéis, pero no os vayáis muy lejos y a ver que me hacéis por ahí solitos los dos- dijo a carcajadas Pablo.

Volvió a mirar al rincón de la sala, aquella persona ya no estaba. ¿Quién sería?. ¿Dónde habría ido?. ¿Sería Sergio?.



Autor: Raquel Sánchez.

Relatos Jamás Contados








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