lunes, 18 de febrero de 2008

Las consecuencias de La Guerra


LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

El número de muertos en la Guerra Civil española sólo puede ser estimado de manera aproximada. Las fuerzas nacionalistas pusieron la cifra de 500.000, incluyendo no sólo a los muertos en combate, sino también a las víctimas de bombardeos, ejecuciones y asesinatos. Estimaciones recientes dan asimismo la cifra de 500.000 o menos. Esto no incluye a todos aquellos que murieron de malnutrición, hambre y enfermedades engendradas por la guerra. La cifra de 1.000.000, a veces citada, procede de una novela de Gironella, que la justifica entre los 500.000 reconocidos y otros tantos cuya vida resultó irremediablemente destrozada.

Las repercusiones políticas y emocionales de la guerra trascendieron de lo que es un conflicto nacional, ya que, por muchos otros países, la Guerra Civil española fue vista como parte de un conflicto internacional que se libraba entre la religión y el ateísmo, la revolución y el fascismo. Para la URSS, Alemania e Italia, España fue terreno de prueba de nuevos métodos de guerra aérea y de carros de combate. Para Gran Bretaña y Francia, el conflicto representó una nueva amenaza al equilibrio internacional que trataban dificultosamente de preservar, el cual se derrumbó en 1939 (pocos meses después del fin de la guerra española) con la Segunda Guerra Mundial. El pacto de Alemania con la Unión Soviética supuso el fin del interés de esta en mantener su presión revolucionaria en el sur de Europa.

La consecuencia más funesta fue sin duda el terror, la represión y el empobrecimiento material e intelectual del país. Hubo ejecuciones sumarias, miles de represaliados y un sentimiento de resentimiento entre los perdedores y de impunidad para con los vencedores, que aún dura hasta nuestros días.

En cuanto a la política exterior, la GCE (La Guerra Civil Española) supuso el aislamiento de España y la retirada de embajadores de casi todo el mundo. Sólo unos pocos países mantuvieron relaciones diplomáticas con España desde el final de la II Guerra Mundial hasta el inicio de la Guerra Fría. A partir de los años 50, las relaciones internacionales españolas pasan a ser casi normales, salvo con los países del Bloque Soviético.

Con la llegada de la democracia, a partir de la muerte de Franco, el bando perdedor se sintió reivindicado, ya que el programa de reformas emprendido por el nuevo régimen democrático asumía gran parte del proyecto reformador de la II República y, de forma implícita, suponía una negación de los ideales que habían defendido los vencedores de la guerra civil. Esta nueva situación ha llevado a una continua reescritura de la historia por los simpatizantes de ambos bandos, unos reinterpretando la actuación de los partidos y movimientos de izquierdas y revolucionarios antes de y durante la guerra y para recuperar la memoria de las víctimas de la represión franquista, y otros reinterpretando el levantamiento nacional desde una óptica más acorde con la ideología hoy imperante, que minimiza el componente fascista y relativiza el componente católico en favor del componente nacionalista y de orden.
Desgraciadamente, las diversas interpretaciones de la Guerra Civil se siguen utilizando en la lucha política a principios del siglo XXI, desvirtuando en gran medida la labor de historiadores serios en favor de propagandistas partidarios.

Aunque en 1969 Franco publica el Decreto-Ley 10/1969, por el que prescriben todos los delitos cometidos antes de 1 de abril de 1939, esto es, el final de la Guerra Civil, es con la llegada de la democracia cuando se fueron promulgando una serie de decretos y leyes específicas para tratar de compensar las penalidades y sufrimientos de aquellos que padecieron los avatares de la guerra en el bando republicano o prisión en la época franquista.

Estas leyes, decretos y disposiciones han sido mejorados y ampliados por algunas autonomías.

Franco nunca fue realmente un verdadero fascista. Simplemente utilizó un pequeño partido fascista, la Falange, para sus fines; dejó que lo descabezasen permitiendo la ejecución de su fundador, y dejó fuera a los elementos más "puros" del partido, aprovechando la colaboración de otros más acordes con su conservadurismo, al más puro estilo del siglo XIX. En ambos bandos hubo un excesivo protagonismo de dos partidos, como Falange Española y el Partido Comunista, los cuales apenas tenían representación parlamentaria antes del golpe militar. Posiblemente la radicalización de las posiciones en los dos lados del conflicto hiciera que dichos partidos crecieran rápida y simultáneamente a ambos lados del frente.

(Documentación extraída de: http://es.wikipedia.org/wiki/Portada, Gran Enciclopedia Universal, Enciclopedia de Grado Medio de los años 40 y Breve Historia de Madrid. Si se vulnera alguna normativa existente en las Leyes Españolas actuales, diriganse al autor del blog vía email para retirar los contenidos que violen dicha Ley.)

No hay comentarios: