lunes, 26 de noviembre de 2007

Evolución de la Ciudad


EVOLUCIÓN DE LA CIUDAD

- Pero entonces ¿se produjeron conflictos por estar sentado en el trono de España y en concreto de Madrid? – me preguntó mientras me escuchaba atento.

- En España y como consecuencia en Madrid, al estar establecida aquí la Corte, hubo a lo largo de cada sucesión del trono, desavenencias ya fueran por el deseo de unos o de otros por poseer el poder de toda España o por las malas gestiones de los Reyes y sus consejeros existentes en ese momento ya que el cargo que tenían se les hacía demasiado grande – le aclaré.

- Es que es difícil el que todos nos pongamos de acuerdo, si ni siquiera en una Comunidad de Vecinos cuando existe un Presidente durante un año todos los habitantes de la casa están contentos, pienso que en el Gobierno de todo un País es más complicado, si cabe – dedujo él.

- Jajaja, tienes razón si siendo unos pocos no estamos en consenso nunca ¡imagínate tantos! – dije.

- Continua, tía, continua.

Afectárosla también las luchas de bandos y las guerras civiles que asolaban Castilla. Juan I, en un gesto magnánimo, llegó a ceder el señorío de Madrid al desdichado rey León V de Armenia, destronado en su país, si bien a su muerte y ya en tiempo de Enrique III, retornó la villa a la Corona castellana. Este último monarca residió bastante en ella, donde precisamente había sido proclamado. Siguieron aún más tal costumbre Juan II y Enrique IV, fundador éste, en el camino de El Pardo (en paraje distinto del que luego llego a ocupar), del famoso monasterio de San Jerónimo. En las tremendas discordias de su infeliz reinado gozó de la fidelidad de Madrid, donde concluirían sus días. Esta población defendiendo después sus derechos ofreció resistencia a las huestes de los Reyes Católicos, quienes, no obstante, le demostraron luego mucha afición, sobre todo doña Isabel. En tiempos de estos monarcas, en aquella época de unidad nacional, del fin de la Reconquista y del descubrimiento de América, prestaron notables servicios al país varios representantas de ilustres familias madrileñas (las de los Ramírez y los Vargas), entre otras), que emparentaron pronto con otros linajes principales del reino.

En la Guerra de las Comunidades, la cual se produjo por haber otorgado el Rey los principales cargos de la gobernación del país a gente flamenca, Madrid se une a la sublevación contra Carlos I (1520) pero tras la derrota de los comuneros en Villalar, iniciada por Padilla, Bravo, Maldonado y el cura Merino entre otros, la villa es asediada y ocupada por las tropas reales. A pesar de todo ello, el sucesor de Carlos I, su hijo, Felipe II decide instalar la corte en Madrid en 1561 y no mudarla ya en el largo resto de su reinado.

Con la construcción de El Escorial y las grandes obras llevadas a cabo en los Sitios Reales, se estableció una de las bases primordiales para que en adelante ninguna otra ciudad pudiera arrebatarle la capitalidad.

Este hecho sería decisivo para la evolución de la ciudad y haría que los avatares del país y la monarquía, en mayor o menor medida, influyeran en el destino de la ciudad. Salvo un breve periodo entre 1601 y 1606 en que la corte se traslada a Valladolid por Felipe III, la Corte y el Gobierno de España se asentaron definitivamente en la villa del Manzanares desde entonces. Una famosa expresión indicaba esa identidad: "sólo Madrid es corte", lo que también se entendía al revés: "Madrid es sólo corte".


(Documentación extraída de: http://es.wikipedia.org/wiki/Portada, Gran Enciclopedia Universal y Breve Historia de Madrid. Si se vulnera alguna normativa existente en las Leyes Españolas actuales, diriganse al autor del blog vía email para retirar los contenidos que violen dicha Ley.)

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